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Alejandra Cabrelli: 'El chineo es muy difícil de erradicar porque se transformó en una costumbre”

Voces Críticas entrevistó a Alejandra Cebrelli, doctora en Ciencias de la Comunicación. Habló sobre el caso Juana, la ESI y la ILE en nuestro país

Por Redacción Voces Críticas
jueves 28 de febrero de 2019

SALTA.- Voces Críticas entrevistó a Alejandra Cebrelli, doctora en Ciencias de la Comunicación. Habló sobre el caso Juana, la ESI y la ILE en nuestro país.

V. C.: ¿Qué es el chineo y que implica esto?

A. C.: La práctica del chineo es una práctica de colonialidad. Son prácticas que vienen desde la época de la colonia y que implica el control absoluto de los cuerpos, sostenido por una idea de superioridad basada en una idea de racialidad. La violación no tiene que ver con el sexo, tiene que ver con una ostensión del poder del macho sobre la hembra. La violación tiene que ver con una práctica o con un lenguaje que se da entre machos que está tan naturalizado que no se considera un delito. El chineo está siempre invisibilizado por dos razones, es que es una práctica ancestral que se considera una forma de iniciación sexual de los jóvenes criollos, son muchos jóvenes sobre una chica, puede ser cualquiera de pueblo originario, o es una práctica de distracción, en vez de decir vamos a cazar, vamos a cazar una mujer wichi y entre todos la violamos. Esto, al estar tan naturalizado, al venir de la época de la colonia es muy difícil de erradicar porque se transformó en una costumbre. No está visto como un delito. Por otro lado, sobre todo los pueblos originarios de etnia wichi son extremadamente pobres. Eso los pone en una situación de debilidad extrema en dos sentidos. Por un lado, las chicas generalmente están desnutridas. La segunda cuestión es que, como son tan pobres, a veces se los compra.

En Santiago Del Estero hay casos registrados en juicios donde han sido compradas por una vaca o una cabra, por la situación de extrema pobreza de la familia hace que acepten cualquier cosa. La tercera cuestión es de amenazas y torturas, hay mujeres que las han matado haciéndoles que traguen vidrio molido con cerveza. Son casos graves que llevan a femicidios, a que niñas inocentes queden embarazadas, que es el caso de Juana, y que después se les niegue el aborto no punible cuando les corresponde por ley. Hay que revisar el tema de las dos vidas, ¿de qué dos vidas estamos hablando? Estamos hablando de torturar a niñas que son absolutamente inocentes. Generalmente, cuando hablamos de una niña que es producto de una violación, no se puede haber realizado el acto con consentimiento.

V. C.: ¿A qué responde la Justicia cuando llegan casos de esta naturaleza?

A. C.: Vamos a tomar casos concretos, porque no se puede hablar en general. Desde la marcha Ni Una Menos vengo registrando un cambio en la sociedad. Hay una desnaturalización de la violación y el femicidio que no existía. No es cierto que marchar no produce efecto. En el caso de Alto la Sierra y en el caso de Juana, hay dos sucesos que me llamaron la atención. Luego de la violación de Juana, la gente sale a protestar porque los violadores estaban libres y había dos chicas testigos que habían reconocido a cada uno de los imputados, por eso están todos presos. Hay un antes y un después en la percepción de las cosas, y la Justicia ha dado 17 años de prisión no excarcelable a estos abusadores. Hay que felicitar a los jueces porque han hecho un trabajo impecable. El caso de Juana se hizo conmocionante porque a esta chica la encuentran tirada en el canchón, y el único médico era un hermano boliviano que no podía hacer nada más que esperar al médico legal, el cual no llegó nunca; por lo tanto esa chica nunca recibió el kit de primeros auxilios, con el kit se puede evitar el embarazo y las enfermedades venéreas. Luego la madre se da cuenta de que estaba embarazada, y ya habían pasado las 12 semanas que prevé la ley. Entonces les niegan el embarazo no punible, y empiezan a operar las organizaciones feministas y de derechos humanos hasta que finalmente a los siete meses, aun sabiendo que el bebé era inviable, le hicieron llegar hasta los siete meses y la sometieron a una cesárea.

V. C.: Si las violaciones son de gente de la misma comunidad, ¿se lo puede tratar de la misma manera?

A. C.: Primero la violación no existía entre los wichis, existe porque se ha transmitido como contacto intercultural, y el machismo ha entrado con mucha fuerza al igual que la droga y el alcohol, porque no eran prácticas propias de los wichis. No se puede tratar de la misma manera porque si el violador pertenece a una cultura que considera falsamente a la wichi como inferior, la diferencia étnica es un agravante más.

V. C.: ¿Quienes van a brindar los conocimientos de la educación sexual integral en los pueblos originarios?

A. C.: Los pueblos originarios están pidiendo que haya educación intercultural con maestros wichis. Significa también capacitarlos para trabajar en la ESI. Yo quisiera traer a colación el caso de los colegios de la universidad más respetada del país, uno de ellos es el Nacional, donde las niñas empezaron a denunciar abusos de violaciones con pastillas, es decir iban a las fiestas y los chicos más populares las violaban en banda, las drogaban, las emborrachaban y después ellas se despertaban y no se acordaban de lo que les había pasado o lo recordaban vagamente, pero se encontraban desnudas. Estas chicas empiezan a crear un blog que se llama “No es no”, empiezan con un movimiento interno, primero el colegio tuvo que escucharlas porque es un movimiento fuerte donde ellas empiezan a dar recomendaciones sobre cómo ir a las fiestas, sobre cómo protegerse entre ellas y a los varones. Empiezan con aquellos varones que nunca habían violado o participado de estas cosas a interesarse a acompañar a sus compañeras, y lo más importante es que varones que habían participado de las violaciones reconocen la violación y quieren cambiar, y entonces empiezan un proceso de deconstrucción hecha por los mismos pibes. Entonces a mí me parece que no es solo la ILE, sino que el ejemplo de estos chicos nos está diciendo cuál es el método, cómo hay que aplicarlo no hay que solo condenar, no sirve la condena hay que trabajar en la educación; estos chicos se dieron cuenta de que tenían una práctica naturalizada que estaba mal solo que para ellos hacerlo era divertido, era piola, era de machos, era de chicos populares, estaba bien hacerlo. Entonces cuando las chicas les empiezan a decir que no, cuando los mismos compañeros varones se ponen al lado de las chicas y dicen que no los mismos que habían participado de las violaciones se dan cuenta de que no corresponde y empiezan con un trabajo acompañado con psicólogos y terapeutas para reconstruirse a sí mismos. Me parece que es un caso ejemplar. Los chicos a veces violan porque creen que es una cosa para machos y de chicos populares. A raíz de la educación sexual integral y de las marchas feministas se dan cuenta de que no corresponde, y empiezan un trabajo a través de psicólogos y terapeutas para reconstruirse a sí mismos.

V. C.: ¿Cómo va a continuar la lucha del movimiento feminista?

A. C.: Vamos a seguir peleando por la interrupción legal del embarazo. Hay que seguir trabajando para que entiendan que más allá de las creencias religiosas, la ley del embarazo es un derecho de las mujeres. Los casos como los de Juana nos hacen dar cuenta de que sí o sí hay que tomar medidas.

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