Olmedo candidato a gobernador, ¿quién lo auspicia?

SALTA.- (Por Carolina Mena Saravia) Un inicio de semana movidito, las noticias empezaron a explotar y los cascotazos caen sobre los desprevenidos salteños porque a estas alturas en el tablero político se comenzaron a mostrar las cartas para una partida que se avecina larga, muy larga hasta noviembre.

¿Temor o pulcritud? Del entorno del propio Olmedo se alzan las voces de sus correligionarios, entre ellos Carlos Zapata, afirmando que el candidato amarillo teme dejarse rozar por los efluvios de corrupción que emanan del campo de batalla de Sáenz, seis causas por evasión fiscal, dos de ellas heredadas de la gestión isista no son poca cosa.

Otras voces del entorno se alzan para desnudar el miedo principal de Alfredo Olmedo: ser derrotado por Sáenz en un virtual combate PASO. “A confesión de parte, relevo de pruebas”, por lo cual se aventuraría solo, comenzando a rejuntar sus huestes para robustecer un virtual esquema electoral.

La pata que faltaría a este entramado sería la de Juan Carlos Romero. Algunos analistas conjeturan que la incertidumbre del senador ante su reelección llevaría a poner los huevos en varias canastas, y una de las elegidas sería la de Alfredo Olmedo, pese a las desinteligencias que habrían mantenido años atrás, durante la campaña electoral anterior, cuando el candidato amarillo “olvidó” oblar onerosas deudas de gastos ocasionados en la misma.

“La política es el arte de lo posible”, ya reza el popular dicho que, sumado a la necesidad de mirar hacia delante, no descartaría como descabellado el armado conjunto entre ambos políticos, sobre todo teniendo en cuenta que los números del interior favorecerían ampliamente al Oso Leavy, bosque en el que este candidato se mueve a sus anchas, mas siempre resultó extraño y hasta hostil a Romero, jeque del departamento Capital por excelencia. 

Juan Carlos Romero miraría con resquemor y por el rabillo del ojo a Gustavo Sáenz, idas y vueltas en la relación ya lo habrían saturado, por eso habría decidido dar un viraje de laucha apoyando a su antiguo compañero de fórmula. Los une el miedo, pero también el espanto de quedar fuera de juego.

Por Carolina Mena Saravia para Voces Críticas