DIMES Y DIRETES| Elecciones 2021: lo bueno, lo malo y lo feo

SALTA (Por Franco Alvarado) Ha terminado el periodo de amagues y gambetas, el libro de pases se ha cerrado y las listas que delatan a los candidatos ya ruedan su destino en las encubiertas campañas que las redes van comenzando a despuntar.

Las preliminares de esta selección de candidatos han sido atípicas, sin PASO, el juego de la participación de ciudadanos se ha visto reducido y más aún cuando una vez conformados los Frentes, no pocas listas en toda la provincia han sido lisa y llanamente desechadas.

Pero ¿qué es lo quedó? En estricto sentido, quedó desvanecida la democracia porque los partidos políticos han sido virtualmente eliminados y diluidos en estos Frentes donde más que electorales han sido frentes de batalla.

El oficialismo de Salta jugará su destino con dos Frentes: “Gana Salta”, un acróstico de Gustavo Sáenz, inteligente propuesta subliminal, donde anidan el PJ, el maleable Frente Plural, el Frente Salteño, la ambulancia romerista, dos “Movimientos”, Libres del Sur, que entregan su libertad siempre al mejor postor y “Memoria y Movilización”, que tiene mucho de movilización porque están siempre donde más ofrecen, pero nada de memoria porque se olvidan de dónde vienen. Conforman este bloque otra decena más de agrupaciones.

Como “Plan B”, juega un ensamble cuya denominación recuerda los nombres de las murgas de antaño, “Unidos por Salta”, cuyo bastonero mayor es Carlos “Uluncha” Saravia, y reúne a evadidos, dispersos, acomodaticios, pasados de moda y personajes con vocación de oportunistas, todos prolijamente ordenados bajo denominaciones como: "Juntos por el Cambio +": Partido PRO - Propuesta Republicana, Partido Ahora Patria, Partido Unión Cívica Radical y Agrupación Municipal Libertad y Trabajo, casi el reparto de la clásica “Armada Brancaleone”.

Así armado los Frentes de “Unos”, interesante ha sido la puesta en escena de “Los otros”, es decir, Partido de la Victoria, Frente de Todos, el extravagante “Felicidad” y una serie de agrupaciones municipales, que como suele ser costumbre con las identidades de tendencia de izquierda, terminan desconociéndose.

Pero allá fueron todos estos nombres a forma la varieté electoral de este 2021, donde la mayor novedad es que no hubo ninguna novedad, porque los principales lugares volvieron a ser ocupados por los mismos de siempre. Eso sí, algo retocados porque pasar más de quince años en la escena pública, se nota.

Nombres como Matías Posadas, la exhumación de Javier David, el regreso al escenario de David Leiva. La fuga de Miguel Ángel Isa del museo de cera, el retorno de Martín del Frari, seguramente dispuesto a brindar otra escena de pugilato, quizás con el mellizo Mario Moreno que desea continuar libando del Estado y dejaría la banca de diputado para pasar a la banca de concejal. Completan el reparto, José García que pretende seguir entonando “Miserere Nobis” en el recinto del Concejo Deliberante y algunos más cuya intrascendencia no amerita ni nombrarlos.

Novedad a destacar sí, es el ingreso a la lucha de Sócrates Paputsakis, quien –hay que decirlo- viene trabajando los barrios hace años al frente de una de las agrupaciones sociales más compactas y organizadas.

Tranquilidad para las hormigas de Barrio El Huaico y los patos del Lago San Martín con la reposición en cartelera de “La Cande” Correa que va por la segunda temporada, eso sí, asegurando que ahora ya aprendió dónde queda el Concejo Deliberante de Salta y qué es lo que se hace allí.

Tal vez por la edad, el vicegobernador, Antonio Marocco, cariñosamente apodado “El Gringo”, dijo en su momento dijo que ser convencional “atentaría contra la imparcialidad”, pero ahora decidió entrarle nomás y será candidato a convencional. Eso sí, de manera imparcial.

En el interior de la provincia la cuestión no es muy distinta, sobre todo porque los intendentes tienen siempre la tentación de meter la mano en las listas y jugar a favor del gobierno y se han dado muchos casos de proscripciones y “bajadas” de listas. También se ha ordenado votar a cierto candidato o candidata, nada que no se corresponda con el folclore del caudillismo más vernáculo.

Calentura de aquella en el sector femenino que se ha sentido discriminado y soterrado hasta la elección que viene. La primera en poner el grito en el cielo fue la “Lau” Cartuccia que mandó a confeccionar unos “flyer” donde aparece con expresión de Santa Rita de Casia en día de novena, rodeada de fotos de masculinos y apuntando con el dedo como si estuviera practicando un tiro al blanco en una kermesse. Bueno, todo esto casi es una kermesse.

Ahora bien, mientras “todo esto ocurre en Trulalá” –como diría Hijitus-, parece que a todos estos muchachos y muchachas se les olvidó pensar en los cientos de miles de salteños que tendrán que ir –guante descartable de por medio- a poner el dedito en sus fotos para elegirlos.

Un ambiente de disgusto y rechazo es el parece presidir las conciencias cívicas de los salteños porque esto es “más de lo mismo”, “otra vez el bailantero”, “se le acabaron los ahorros a Javier David”, “esta mina no sabe nada”, y otros epítetos aún peores son los que han poblado las redes sociales.

El problema, en el fondo, no es tanto esta cantidad de personajes que se reciclan, sino la pérdida de interés por el destino de la cosa pública que ha ganado a los electores, que al fin de cuentas tienen razón, porque todo esto es como diría el personaje de “El Gatopardo”: “Cambiar todo para que nada cambie”