La incursión del Cacique Orozco que desplumó a la toldería saencista

(Por Franco Alvarado para Voces Críticas) La última campaña electoral, más que política, en algunos sitios parece más haber sido una “Campaña al Desierto”, -vaya paradoja, comandada también por un uniformado-, donde el policía, Gustavo Orozco, ganó territorio y dejó el tendal en la toldería.

Así cuenta la historia que en la región sur de la provincia de Salta, supo asentarse una banda de depredadores de la cosa pública cuyo jefe era Gustavo Solís, un sujeto de averías a quien la Justicia y la Auditoría supieron ponerle precio a su cabeza.

Pero como suele ocurrir en los poblados donde habita la gente buena, estos pillos asaltan en banda y Solís, el de la pluma negra, no en la cabeza sino en la mano y con la que firmaba los desaguisados ilegales que cometía, se apropió de la comarca llamada Rosario de la Frontera. Zona próspera, de vecinos laburantes y gente honesta, que tuvo que aguantar que estos filibusteros llegaran para “hacerse el agosto”.

Cosas del destino, fue precisamente en agosto cuando el comandante Gustavo Orozco los terminó aniquilando en las urnas.

Como ocurre en las ficciones del cine, los malos siempre piden ayuda externa porque solos nunca se sostienen, de allí que “Pluma Negra” Solís arreglara la llegada de logística electoral de manos de otro salteador del desierto oranense, Antonio Hucena, prevaricador y falangista notorio de los intereses de “Ése” que sabe pero no contesta.

A combatir a esta pandilla vino el muchachito Orozco que organizó a los vecinos, les proporcionó salud, vivienda, agua, colectivo, viajes para estudios médicos, posibilidades de trabajo y varias otras cuestiones que como el Cristo del Jordán que multiplicaba los peces, este Orozco multiplicaba los pesos, ¡pero SUS PESOS!, en bien de la comunidad. No como el “Pluma Negra” que también multiplicaba los pesos, pero los de la comunidad ¡Y para El y sus asociados!

Así fue que el muchachito de la película, Gustavo Orozco, se vio en mil batallas contra enemigos reales y virtuales, porque el “Pluma Negra” Solís armó una tribu de “troles” y de los otros para combatir al comandante Orozco.

Como todo “renegau”, “Pluma Negra” Solís se maneja con brujos en su tribu, los cuales hechizaron a personajes notables como un vicegobernador que quizás por su avanzada edad no tiene buena vista y no sabe distinguir lo banco de la “Pluma Negra” y se mandó si saber para qué a dar apoyo al infiel. El gran jerarca judicial también trató de acabar con el comandante Orozco, pero sus filtros no bastaron y la jugada quedó regada en los albañales de Tribunales.

Como sea, la cuestión es que el Comandante Gustavo Orozco se los peló a todos y cosechó una buena cantidad de cueros cabelludos, excepto el del gran jerarca judicial que es calvo, y hoy es el nuevo jefe de la Región sur de la provincia de Salta. Ahora, Rosario de la Frontera dejará de ser una tribu rebelde para pasar a integrarse como una ciudad próspera de la civilización.

Por Franco Alvarado para Voces Críticas