Horrendo crimen cometido por una adolescente: usó un alambre de púas

ARGENTINA (Redacción Voces Críticas) El asesinato de María Fernanda Chicco sigue conmocionando a la pequeña localidad de Ceres, Santa Fe. Si bien sucedió en febrero de 2015, la perpetradora de este horrendo crimen goza de su libertad, mientras espera el juicio. Cuando mató a Fernanda tenía apenas 16 años.

Casi como si fuera el guión de una película policial sangrienta, la adolescente asesina, arrastró a su víctima hasta el lugar donde meses antes -según su perfil de Facebook- había amenazado con que iba a terminar. Lo que la movilizó a acabar con la vida de la joven de 18 años fue su apego enfermizo a su pareja, quien era exnovio de la víctima.

Era la tarde del 15 de febrero de 2015 cuando Fernanda se encontraba en Ceres visitando a su familia ya que se había ido a estudiar en Córdoba. Le llegó un mensaje en el que su expareja la citaba para encontrarse en un corralón de la citada localidad. Sin sospechar nada, acudió hasta allí en bicicleta.

Pero era una trampa mortal. Quien le había escrito era nada menos la joven que luego se convertiría en su asesina. La estaba esperando, y ni bien llegó, le dio un puntazo con una tijera en la zona del cuello, y después la ahorcó con un alambre de púas, hasta fracturarle la tráquea.

Sin remordimientos

Las horas posteriores fueron angustiantes para la familia de la víctima. Denunciaron que había desaparecido, y a las 48 horas un trabajador la encontró en el lugar. Con Fernanda fallecida, investigaron las cámaras de seguridad y se dieron con el horrible crimen.

La agresora no mostró remordimiento cuando fue detenida mientras estaba en un cumpleaños. Incluso tuvo tiempo de negarles a los padres de la víctima que había visto a Fernanda. En una primera instancia, la jueza de Menores Laura Lencinas condenó a la acusada a la pena de siete años de prisión como autora del delito de homicidio agravado por alevosía.

Poco después, la beneficiaron con el ingreso al programa de libertad asistida luego de la evaluación de la Dirección Provincial de Justicia Penal Juvenil. El régimen consistía en una "medida socio educativa" a raíz de la cual no estaba presa, pero tampoco tenía una libertad absoluta.

La causa volvió a moverse recién en febrero del año pasado, cuando la Cámara de Apelaciones decidió ampliar la condena a trece años de prisión, en lugar de los siete iniciales. Pese a todo, por su edad, la joven no permanece tras las rejas sino que vive y estudia en la ciudad de Rosario mientras espera que se confirme su sentencia.