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1 DE MAYO

Día del Trabajador: origen de la celebración del 1 de Mayo y su relación con san José Obrero

Los orígenes de esta celebración se remontan a fines del siglo XIX, en Estados Unidos, cuando se aprestaba a vivir la revolución industrial

Día del Trabajador: origen de la celebración del 1 de Mayo y su relación con san José Obrero
domingo 01 de mayo de 2022

SALTA (Por Carolina Mena Saravia) El Día del Trabajador se celebra el 1 de mayo en gran parte del mundo. En algunos países los festejos se trasladan al mes de septiembre, como es el caso de Estados Unidos y Canadá.

La pugna para conquistar derechos laborales comenzó a mediados del siglo XIX cuando el anhelo de una jornada de ocho horas de trabajo comenzó a tomar cuerpo, fortaleciéndose a medida que pasaba el tiempo, y buscando hacer realidad la frase del activista social Thomas Embling: “Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”.

Para ese entonces, los días laborales eran prácticamente interminables. En algunos casos se extendían a diez, doce y hasta catorce horas. El 1 de mayo de 1886 comenzó una huelga general por el reclamo de la jornada de ocho horas.

Así fue como miles de trabajadores se adhirieron a una protesta que tomó cuerpo en Chicago, ciudad donde las condiciones obreras eran más duras y extremas que en otras urbes. La protesta se extendió por varios días, en un ambiente cada vez más álgido.

En este contexto, la fábrica de maquinaria agrícola McCormick había negado su adhesión, y la misma mantenía el ritmo de producción gracias a los conocidos rompehuelgas, obreros contratados para reemplazar a los huelguistas.

Los días que siguieron fueron levantando la temperatura, y el día 4 de mayo una multitud estaba congregada enfrente de la fábrica, y August Spies, anarquista, pronunciaba su discurso cuando, habiendo cumplido la jornada laboral, los rompehuelgas salían para regresar a sus hogares. En ese momento se abalanzaron los manifestantes sobre los trabajadores, y ante la represión de la policía, el saldo de seis muertos y decenas de heridos estremeció al mundo.

A raíz de este hecho, se convocó para el 4 de mayo una concentración en Haymarket Square. Las cosas llegaron a su punto culminante cuando el dirigente sindical Schanubelt hizo explotar una bomba en el momento en que la policía intentaba sofocar el acto. Como consecuencia, fueron condenados a muerte cinco anarquistas manifestantes, uno de ellos se suicidó, y sobre otros tres pesó la reclusión. Esto es lo que se conoce como “masacre de Chicago”.


En Argentina

Consigna la revista "Todo es Historia" en su número 73, refiriéndose al período formativo de la composición de la clase obrera que “fueron los varones extranjeros los que introdujeron en Buenos Aires la organización y la lucha ideológica ya desarrollada en sus países originarios de Europa”, considerando “que el sindicato como tal, no constituyó la primera experiencia y que los primeros agrupamientos tuvieron más bien carácter mutualista, como la primera de ellas: ‘La Sociedad Tipográfica Bonaerense’, fundada el 25 de mayo de 1857”. Un año después, esta misma institución fue la promotora de la primera huelga en el país, con el dirigente francés Gauthier a la cabeza.

El Buenos Aires de fines de siglo vio nacer el sindicalismo y albergó las ideas extranjeras que germinaban en buena parte del mundo. “Salta a la vista que cuando en Buenos Aires comienza el verdadero movimiento sindical organizado, ya más de la mitad de su población es extranjera, es decir, caldo fértil para el progreso de las ideologías obreras que se difundían en Europa”.


Día de San José Obrero

Es el primero de Mayo el Día de San José Obrero, el santo patrono del trabajo por excelencia. La instauración de esta fecha fue instituida por el papa Pío XII, venerable, en 1955, enmarcado en una ceremonia realizada en presencia de trabajadores que acudieron a la plaza San Pedro.

El 1 de mayo también es fecha propicia para destacar las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, una llamada al ser humano a practicar las virtudes en el marco del Evangelio, el Magisterio de la Iglesia y la Tradición.

Este cuerpo doctrinal se inició con la encíclica “Rerum novarum” de León XIII, y cuenta como último exponente a la encíclica "Laudato si’," promulgada por el papa Francisco el 24 de mayo de 2015.

La encíclica “Laborem exercens” (Sobre el trabajo humano), promulgada en 1981 por san Juan Pablo II, resalta contundentemente que el trabajo es un bien del hombre. “Y es no sólo un bien ‘útil’ o ‘para disfrutar’, sino un bien ‘digno’, es decir, que corresponde a la dignidad del hombre, un bien que expresa esta dignidad y la aumenta. Queriendo precisar mejor el significado ético del trabajo, se debe tener presente ante todo esta verdad. El trabajo es un bien del hombre —es un bien de su humanidad—, porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido ‘se hace más hombre’”.

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