Concejales aprobaron el lenguaje inclusivo y se armó la podrida

ARGENTINA (Redacción Voces Críticas) Concejales aprobaron el uso del lenguaje inclusivo mediante votación dividida y a partir de ello se armó la podrida en la ciudad de San Luis. Según se supo el proyecto obtuvo el apoyo del partido Justicialista, el rechazo de la oposición, mientras que los radicales se mantuvieron en silencio.

En San Luis, el Concejo Deliberante aprobó ayer el uso de lenguaje inclusivo para la redacción de ordenanzas y publicaciones, en una votación dividida que apoyó el Partido Justicialista, rechazó el bloque opositor de Unidos por San Luis, y los concejales de la UCR se abstuvieron.

La iniciativa fue de la concejala Paulina Calderón, presidenta del cuerpo, quien dijo que "se pretende que, a la hora de redactar proyectos como ordenanzas, pedidos de informes, interpelaciones, publicaciones y comunicación oficial, se considere esta nueva modalidad de escritura".

El encargado de defender el proyecto fue el concejal justicialista Alejandro Cordido, indicando que "parece que no debería despertar controversia, pero nos damos cuenta de la potencia y de la problemática que plantea hacia la política".

Posturas en contra

Por su parte, el presidente del bloque Unidos por San Luis, Guillermo Araujo señaló que existen dos argumentos que sobresalen en ambas posturas, a favor y en contra. 

Usó el ejemplo de la alta deserción escolar que existe en la provincia argumentando que "como podemos pretender que aprendan el lenguaje, cualquiera sea, si no van a la escuela. Requeriría una alta conciencia gramatical, uso de sinónimos, cambios de sujetos en las oraciones, etc. Caemos en la paradoja de que el lenguaje inclusivo se vuelve excluyente", completó.

"El proyecto tiene la idea de seguir poniendo en debate el lenguaje. Tampoco está cerrado, se reconocen las modalidades que pueden existir, como escribir con la x con la e, la arroba, de manera no sexista", manifestó. A su vez, declaró que el lenguaje "no es inocente" ya que "cuando usamos las palabras lo hacemos con un sentido y hay un uso de poder en esas palabras".

"El lenguaje inclusivo tiene una intención de incomodar, a la hora de sentarnos a escribir, vamos a sentarnos a pensar dos veces en cómo lo escribimos o qué decimos, y ese es el espíritu de la norma", concluyó Calderón.