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ESCÁNDALO

Todo lo que se esconden tras el caso de Marcelo "teto" Medina

El sitio funcionaba con siete sedes y sin habilitación

Todo lo que se esconden tras el caso de Marcelo "teto" Medina
viernes 23 de septiembre de 2022

Hace pocas horas se conoció que el presentador de televisión Marcelo “Teto” Medina y el resto de los detenidos de la comunidad terapéutica “La Razón de Vivir” fueron trasladados a las 7:30 desde la comisaría 1 de Berazategui, donde serán trasladados a la fiscalía Delitos Conexos a la Trata de Personas, Pornografía Infantil y Grooming, para declarar en la causa en la que se investiga explotación laboral y reducción a la servidumbre en ese establecimiento de rehabilitación de personas con consumo problemático de drogas.

La detención de Marcelo “Teto” Medina, por integrar una comunidad de recuperación de consumo de drogas sin habilitación, donde presuntamente se cometían actividades ilícitas, actualiza el difícil asunto del control de las instituciones de salud mental y la casi nula aplicación de la ley sancionada en 2010, como reseñaba un famoso medio en un amplio informe hace algunas semanas.

Se sabe que Marcelo Medina y el resto de los imputados fueron detenidos durante la jornada de ayer en una serie de allanamientos realizados en las provincias de Buenos Aires y Córdoba. La investigación comenzó con las propias denuncias de sus víctimas que salieron de la institución “La Razón de Vivir” en los últimos seis meses y que se corroboraron con 45 escuchas telefónicas.

Fueron diez hombres mayores de edad los que el pasado agosto se atrevieron a denunciar a Marcelo y su organización por reducción a la servidumbre, trabajo forzoso, medicación no controlada que se les daba algunos, y a otros no, y el tema de las ganancias económicas, porque los ponían a trabajar y no les pagaban y no conforme con eso, les pedían a las familias una cuota mensual para el tratamiento.

A través de una exhausta investigación, la directora de la Sedronar confirmó que el sitio no figuraba en sus registros para poder funcionar de manera legal. En sus testimonios, las víctimas confesaron que abonaban alta suma de dinero a los directores de la institución con el fin de recibir tratamiento de rehabilitación.

Aparte que los ponía a realizar trabajos de albañilería, carpintería, entre otras cosas más, que después serían puestos a la venta, pero sin retribución alguna para los internados. De hecho, se conoció que los internos sufrían controles y castigos privativos de la libertad en caso de mala conducta, así como también cuando expresaban sus deseos de irse del lugar o abandonar el tratamiento.

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