Sale a la luz humillante donación de Juan Carlos I a Constantino de Grecia que desató furia en las redes

La relación de Juan Carlos I y Constantino II desde que se conocieron, fue muy cordial y fraternal. El rey de Grecia siempre le agradeció a Juan Carlos que hubiese rescatado a su hermana, doña Sofía, del desamor y humillación por parte de Harald de Noruega. Es curioso este rescate por parte de un hombre, que luego llenaría de infidelidades a la ahora reina madre de España.

Luego de ser exilado Constantino de Grecia junto a toda su familia y la apresurada huida en 1967 llevando solo lo que tenían puesto, fue un drama que duraría casi cinco décadas. Al enterarse Juan Carlos de Borbón de lo sucedido, él continuaba siendo el príncipe de España, ya que Franco aún no lo designaba como heredero del trono por esto, colabaró donando unos viejos trajes que le quedaban grandes que luego Sofía tuvo que vender, gesto bastante ofensivo y humillante para Constantino II.

A pesar de todo, al ser proclamado rey de España por fín, Juan Carlos I se convirtió en el principal sustento de la familia griega. Esto se mantuvo por décadas y fueron los únicos de Europa en brindarles ayuda. El padre del rey Felipe VI consultaba a sus contactos y amistades para conseguirle un empleo a su cuñado que le garantizara ingresos estables. Las incursiones en los negocios de Constantino fueron muy dispersas, a pesar de la ayuda del esposo de Sofía.

Al morir su madre, Federica de Hannover, la reina Sofía renunció a su parte de la herencia y la cedió a su hermano. Pero la estabilidad definitiva de la familia real griega se produjo, sin duda alguna, por los matrimonios que sus hijos lograron con familias influyentes y ricas de Europa. Informa Voces Críticas.

Ya al desaparecer la dependencia de los reyes de España, Constantino aprovechó para emplazar a Juan Carlos I sobre el maltrato que le mantenía perpetrando a su hermana Doña Sofía. Ya que él estaba enterado de la situación de alcoba que atravesaban, porque su hermana le contaba de cada desengaño e infidelidad por parte de su marido.

Don Juan Carlos se sintió ofendido por los reproches de su cuñado y le advirtió que no tenía la autoridad de juzgar su conducta. La discusión fue muy fuerte y fue esta la gota que derramó el vaso y con este la paciencia de Juan Carlos I, por lo que no volvió a asistir a reuniones familiares que involucraran a la familia griega.