La dura decisión de Alberto II contra la princesa Charlene: un gesto que alegra a Carolina de Mónaco

Charlene de Mónaco no está atravesando un buen momento personal, más allá de haber superado la enfermedad que la marginó de la actividad como royal por más de un año y ocasionó fuertes críticas contra ella.

La esposa de Alberto II ha retornado al principado para compartir el cumpleaños número 65 de Su Alteza Serenísima junto a sus seres queridos y parte de la familia de Mónaco, que se prepara para un año especial.

Esto tiene que ver con el evento que tanto la cuñada de Carolina de Mónaco como el resto de la familia se encuentra preparando en el marco de la celebración del centenario del nacimiento de Raniero III.

Más allá de eso, la novedad tiene que ver con la determinación que tomó Alberto II de cara a la sucesión en el principado, con lo cual ha causado una rutilante humillación a la madre de los príncipes Jaime y Gabriela.

Las leyes de Mónaco son similares a las que tiene España, donde el rey puede ser sucedido solamente por el hijo mayor. En este caso, las esposas de los líderes ostentan el cargo de regentes hasta la mayoría de edad de sus hijos.

Sin embargo, Alberto II no confía en su mujer y solo le otorgará la posibilidad de ser regente siendo tutelada por un Consejo de Regencia. Esta humillación es la que soporta Charlene de Mónaco para proteger a su hijo de cara al futuro. Dicho grupo está constituido por siete personas que tienen voz y voto para tomar decisiones.