El fuerte gesto de la reina Sofia al ver quién iba dentro de su mismo auto: la foto que capturó el momento

La familia se ha reunido para celebrar el cumpleaños de Irene Urdangarin y su reciente graduación, y durante el mediodía hemos presenciado el desfile de todos los miembros del clan Borbón mientras subían a los vehículos que los llevarían al hotel. Pero la imagen que dejó a todos sorprendidos fua la de la reina Sofía al intentar subir a su auto.

En uno de los automóviles, vimos a la infanta Cristina acompañada por Juan Valentín, hijo mayor del matrimonio con Iñaki Urdangarin. Mientras que Iñaki, la madre de éste y la propia Irene Urdangarin ocupaban otro vehículo, lo que claramente señala el distanciamiento entre los padres de la cumpleañera. Parece que hay una tensión palpable entre ellos.

Además, había un invitado adicional, Victoria Federica, la famosa influencer de la familia. Irene y Victoria Federica parecían ser uña y carne en el pasado y ahora lo han retomado, lo cual podría ser un peligro a los ojos de la infanta Cristina. La graduada admira las actividades de su prima y parece querer seguirla en su camino. Quizás Cristina tomó la decisión acertada al castigarla preventivamente para evitar que participara en alguna juerga descontrolada.

No hemos visto a Miguel ni a Pablo Urdangarin, pero continuaremos buscándolos e indagando si, por casualidad, Irene ha invitado a su novia Johanna Zott. Sería una entrada triunfal. 

Pasemos ahora al último vehículo de la comitiva, que parecía más bien el camarote de los hermanos Marx. El interior de la furgoneta contrastaba totalmente con la armonía. ¿El elemento perturbador? Juan Carlos. Después del escandaloso espectáculo en Jordania, se encontraba nuevamente junto a su esposa legal, doña Sofía, pero no efectiva. Informa Voces Críticas.

Sofía de Grecia sigue sintiendo un profundo desprecio hacia él y eso se nota. Su expresión de repugnancia era evidente al darse cuenta de que, efectivamente, estaba en el interior del vehículo. Lo acompañaban Froilán, con la mente más puesta en Ibiza que en Ginebra o en la cumbre del Clima, y Elena. Decir que Elena tenía una expresión de mal humor sería demasiado benévolo. En resumen, fue un verdadero espectáculo y para nada envidiable compartir el viaje con ellos.