Ha muerto el peronismo ¡Viva el peronismo!

SALTA (Redacción por Ernesto Bisceglia)- En la Argentina de nuestros días los partidos políticos tradicionales ya no existen, sólo son sellos y un ánimo popular que se mantiene al rescoldo en los bolsones más deprimidos. Orgánicamente, el peronismo, es una ficción que se utiliza para fines electorales, pero lo mismo que el radicalismo son cadáveres políticos porque están vacíos de alma, es decir, de doctrina. En los hechos no se aplica ninguna de las doctrinas que sustentaron aquella revolución social en 1945.

El peronismo fue un movimiento político transformador y una corriente ideológica que tuvo una influencia significativa en la Argentina desde 1945. Su doctrina resumió todas las aspiraciones sociales que desde fines del siglo XIX venían proponiendo lideres como Alicia Moreau de Justo con el voto femenino, los postulados en beneficio de los obreros de su marido, Juan B. Justo; las ideas cívicas de Lisandro de la Torre, algo del socialismo de Alfredo Palacios, las primeras reformas sociales del radicalismo y conveniente regado y sostenido por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. En suma, la doctrina peronista fue un rejunte de buenos intentos fracasados en el pasado por el peso de los conservadores.

Con ese bagaje más la inteligencia superior de un líder como Juan Domingo Perón que había utilizado por primera vez a la radio como agente de propaganda política un hecho social inédito en el siglo XX, el clamor popular lo puso en la plataforma de lanzamiento para alcanzar la presidencia en 1946: "Sube la papa, sube el carbón, el 24 sube Perón", cantaban los muchachos refiriéndose al 24 de febrero de ese año en que se celebraron las elecciones.

Lo que siguió es historia más o menos conocida..., bueno, ahora desconocida para la inmensa mayoría del pueblo argentino que sólo entiende al peronismo como la máquina de hacer chorizos que se regalan alegremente para alimentar a la masa con choripán y dádivas gubernamentales. Perón decía: "El hombre debe producir por lo menos lo que consume"...

Preguntaremos entonces, ¿Qué ha quedado de aquella revolución extraordinaria del '45 cuando pudimos consolidarnos como potencia de la Sudamérica? ¡Nada! es la respuesta lacerante.

Baste preguntar si acaso alguno de los postulados de "Las 20 Verdades Peronistas" puede ser recitado por esos que se encaraman en las tribunas "peronistas" y la respuesta será: ¡Nadie!

Pero para que los advenedizos y los fanáticos, aún aquellos conchabados por conveniencia al "peronismo" no nos tachen de "Gorilas", iremos a la palestra dialéctica blandiendo la espada de las Verdades y preguntaremos:

1.- Por definición, el peronismo adhiere a un ideal llamado Justicialismo, que busca la justicia social, la igualdad de oportunidades y alcanzar una sociedad más justa y equitativa donde se garantice el bienestar de todos los ciudadanos.
¿Existen estas condiciones en la Argentina de hoy bajo gobierno "peronista"?

2.- La Justicia Social: Es la columna, la piedra angular de la doctrina peronista, que debe (debería) buscar la redistribución equitativa de la riqueza, la protección de los derechos laborales y el acceso en condiciones de igualdad y calidad a la educación, a la salud y a la vivienda.

¿Se cumplen estos postulados sociales en la Argentina de hoy bajo gobierno "peronista"?

3.- Otra columna del peronismo es la "Soberanía política y económica", apuntada a lograr un país independiente y autónomo, principios resumidos en el axioma: "Una Patria socialmente justo, económicamente libre y políticamente soberana". Es un insulto a la inteligencia parlotear sobre lo socialmente justo cuando la mitad del país es pobre y el 10% indigente; cuando económicamente estamos prosternados ante el Fondo Monetario Internacional y la banca china. Menos todavía políticamente soberanos cuando grandes espacios de territorio están en manos de extranjeros, cuando el "gobierno" entrega territorios a supuestos originarios dentro del Territorio nacional y cuando existe una base china a cuyo espacio no puede ingresar ninguna autoridad nacional, con la promesa de entregar otra similar en la Antártida.

¿Se puede hablar de soberanía en la Argentina de hoy bajo gobierno "peronista"?

4.- La savia del movimiento peronista fue la participación popular que toma carta de nacimiento el 17 de Octubre de 1945 que involucró a los trabajadores, los sectores sociales más vulnerables y otros actores de la sociedad que en el ideario peronista deberían participar en la toma de decisiones para lograr la construcción de un gran proyecto nacional. Hoy, no existe movilización popular porque no hay participación, desaparecieron las unidades básicas y los "muchachos peronistas" no saben ni cantar la "Marcha". No hay órganos de conducción ni mucho menos de formación política. En lugar de movilización popular hoy existe el arreo al modo bobino.

¿Se puede hablar de movimiento popular y de peronismo en la Argentina de hoy bajo gobierno "peronista"?

5.- El General Perón habló de la Justicia Distributiva de los recursos y beneficios de la sociedad para reducir las desigualdades económicas y sociales. Perón buscaba que todos los ciudadanos tuvieran acceso a las mismas oportunidades y condiciones de vida dignas.
No hay justicia distributiva cuando la mitad del país tiene problemas básicos de subsistencia, cuando las familias se endeudan no para lujos sino para comer, ni siquiera para vestirse. Tampoco cuando las tasas de desnutrición y mortalidad son las más altas del último medio siglo, cuando la alfabetización ha caído y de seguir así en proporción estaremos promediando las tasas de analfabetismo que encontró Domingo Faustino Sarmiento cuando llegó a la presidencia. No hay justicia distributiva cuando salud es para los ricos mientras la gran mayoría languidece horas bajo la nevisca en las madrugadas para conseguir un turno para dentro de varios meses, o cuando los hospitales no tienen ni una curita para cubrir una emergencia. Cuando los jóvenes no pueden iniciar su vida solos sino que llegan a tres generaciones viviendo en la casa paterna porque no hay acceso a la vivienda.

Y así podríamos llenar muchas páginas meditando el ideario peronista, recordando a Eva Perón y su lucha por los ancianos y los niños que "son los únicos privilegiados" cuando los niños se pierden en la vagancia y la droga y los ancianos mueren de inanición ganando una jubilación misérrima mientras un delincuente preso gana más que ellos.

Cuando los "dirigentes peronistas" todavía conservan el carné de afiliación radical, socialista, comunista, o tienen todavía la marca del asiento del Ford Falcon en la espalda. Cuando las Sedes del Partido Justicialista yacen vacías porque la vida partidaria ya termina hace mucho tiempo atrás. No son dirigentes sino arrimados por circunstancias de negocio político.

Ergo, el peronismo ha fenecido cuando el candidato a presidente es amigo personal de Donald Trump y Joe Biden, de Fidel Castro y de los chinos, mientras conservamos en la memoria a ese dirigente de hierro -propiamente- el metalúrgico, Lorenzo Miguel, cuando cantaba saltando en un estadio el apotegma peronista: "Ni yanquis mi marxistas, peronistas!"¿Qué fue entonces de la "Tercera Posición"?

Está bien que los tiempos han cambiado pero cuando algo pierde la esencia, su substancia -diría Aristóteles- ya se ha corrompido en su naturaleza.

Esto que predicamos del peronismo vale exactamente igual para el radicalismo que también ha fenecido a manos de traidores al ideario revolucionario de la UCR, de los correligionarios y la Patria misma.

Nos queda todavía una esperanza que se acuna en el enorme caudal de los votos en blanco y en las abstenciones. Esos altos porcentajes dicen del cansancio de un electorado por esta parodia que peronistas y radicales ponen en escena, lo mismo que los demás partidos. En esos millones de votos desconformes anida la nueva dirigencia porque el pueblo ya está corcoveando aquí y allá. Este sistema no resiste más, no llegamos a una próxima elección en estas condiciones.

Porque ya estamos llegando al límite anunciado en su preclara clarividencia por Juan Domingo Perón: "El Pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes".

No digan que no les avisamos.-