La Caldera y Vaqueros eligieron continuar en el atraso y la tiranía

SALTA- (POR ERNESTO BISCEGLIA) Lo que un mínimo de los vecinos celebra como un triunfo en realidad es un Caballo de Troya porque un análisis afinado de los resultados electorales mostrará que el verdadero ganador es el ausentismo y el voto en blanco. Las mínimas diferencias obtenidas por los detentadores del poder dicen que el grueso de la población buscaba un cambio que ahora no llegará.

El momento histórico que vive el país y el mundo exigen de dirigentes que estén a la altura de los cambios que ya llegaron. El uso de la Inteligencia Artificial en el diseño de políticas públicas municipales, por ejemplo, no es una cuestión de Suiza o Estados Unidos, ya lo estamos aplicando en algunos lugares, lo mismo que las políticas públicas sobre modernización del modelo municipal.

En La Caldera, en los últimos cuatro años no hubo un solo ejemplo de aplicación de Inteligencia Artificial salvo una que es tan artificial como un helecho de plástico. La gestión que renueva por el contrario estuvo salpicada de paros, represiones, mentiras, cortes, denuncias y lo más emblemático en materia de obras públicas fue la mal pintada y repintada del Cristo y un cartel de ingreso al pueblo. Desde el gabinete del intendente Diego Sumbay se habló alguna vez de que "estamos trabajando los temas de la Agenda 2030 para el hambre cero y etc.", cuando la implementación de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible" de Naciones Unidas (Agenda 2030) son una temática muy compleja cuando no inaplicable si no se cuenta con técnicos y personal especializado. De hecho, hambre cero en La Caldera no existe, salvo el hambre de perpetuarse en el poder por parte de un intendente muy aficionado al "show & bussines", que gusta de ponerse plumas y danzar en los corsos. Una cosa es ser popular y otra muy distinta ser populachero.

No muy distinto es el caso de Vaqueros donde la muletilla oficial fue "Lo que hicimos en 12 años", cuando hoy tendrían que haber hablado de "Lo que vamos a hacer" porque el escenario es totalmente diferente. De eso ni una palabra. Y como lo dijimos ya, Vaqueros tuvo la oportunidad de ser el primer municipio de Salta que aplique las políticas que han convertido a otros municipios del país en modelo de progreso pero su intendente desechó esa posibilidad y de la manera más grosera en su momento.

Adoquinar calles, reparar baches, poner luz led, cortar ramas, repartir bolsones y todo lo demás no sólo son obligaciones naturales de un intendente sino que ahora ni siquiera ya son importantes frente al universo complejo y telemático que ya llegó a Salta.

Preguntaremos entonces: ¿Hemos escuchado en la campaña alguna IDEA NOVEDOSA para aplicar? ¿Los rerecandidatos le ofrecieron a los vecinos algún modelo de municipio moderno? ¿Alguno dijo claramente qué propone en materia de educación, salud, niñez, vejez, personas especiales, transitabilidad, movilidad, conectividad pública, seguridad inteligente para los vecinos -por sólo nombrar algunas-? La respuesta es contundente ¡NO¡

Ni Diego Sumbay ni Daniel Moreno le han dicho a sus vecinos nada de esto sencillamente porque no tienen idea de qué se trata, no tienen asesores que sepan sino acomodados y refugiados de la Justicia y porque siguen aferrados al viejo esquema tradicional de la gobernabilidad y no aceptan la nueva concepción de gobernanza y esto por dos razones: porque no saben qué significa gobernanza y porque la "Gestión Asociada" no les conviene porque destruye su esquema de patrones de estancia y de reducción a la servidumbre de sus vecinos.

Las Elecciones

Analicemos ahora los resultados. En La Caldera el "triunfo" de Sumbay se dio por una exigua cantidad de menos de treinta votos, una mesa prácticamente sobre un electorado que mayoritariamente no votó, votó en blanco o directamente no lo votó a Sumbay.

En Vaqueros la situación no es muy distinta ya que sobre un promedio de ocho mil sufragantes, sólo el 29,90% votó a Moreno, el 24,03% votó a Tane Da Souza, lo que quiere decir que en promedio un 70% DE LOS VECINOS NO AVALÒ LA RECONTRAREELECCIÒN del intendente. Es dato es objetivo, claro y contundente.

La prueba de que el intendente, Daniel  Moreno ganó sólo por la retorcida "ingeniería electoral" y la dádiva a ultranza es que no pudo ingresar NI UN SÒLO CONCEJAL a pesar de haber armado como siete listas de candidatos. Y repetimos, tras doce años de una "exitosa" gestión. Los concejales son el verdadero termómetro electoral, no ingresar a ninguno revela de que la "base no está".

Esta circunstancia debería preocuparnos a todos porque estamos ante un claro caso de un "gobierno" legal pero no legítimo. ¿Qué futuro tiene un lugar donde a su intendente sólo lo avala un cuarto de la población?

Por lo demás, otro factor de preocupación para los vecinos de Vaqueros debería ser que el recontrareelecto intendente Moreno carece de un equipo solvente y cobija en su entorno íntimo a personajes que tienen cuentas pendientes con la Ley, lo cual denuncia dos cosas: Que a esa gente -incluido el intendente obviamente- no les interesa cumplir con ninguna Ley, ni con la Constitución que manda sólo dos mandatos ni con la Ley que distingue entre personas decentes y encauzados o delincuentes, lo cual bien podría llevar a pensar de que el intendente padece de hibristofilia, es decir, aquello que la Asociación de Psicología Estadounidense (APA, por sus siglas en inglés) define como el "interés y atracción por quienes cometen delitos".

Por último, la obsesión por un cuarto mandato indica que la carrera política del intendente Moreno está terminada porque en doce/dieciséis años no pudo ser otra cosa más que eso, alcalde. Segundo, denuncia una afición al poder en grado cercano al Síndrome de Hubris o "Hybris", concepto griego que significa desmesura y es un trastorno que genera un ego desmedido, un enfoque personal exagerado caracterizado por la aparición de excentricidades y desprecio hacia las opiniones de los demás.

Si alguna vez una legisladora de ese Departamento hablando del caldereño Cristo mal pintado dijo que "Nos parecemos a Río de Janeiro" por el mapping realizado entonces sobre el Redentor carioca, Vaqueros se parecerá a Venecia por el "Ponte dei Suspiri", o "Puente de los Suspiros", porque como viene la cosa los vaquereños continuarán suspirando por el tan prometido "Puente" desde hace como dos años a la fecha.

Tal vez nos equivocamos al denostar la falta de compromiso con el mundo tecnológico porque quizás en algún momento aparecerá el tan cacareado "Polo Tecnológico", sólo que por ahora los vaquereños estarán en el metaverso... o meta verso.

Quieran los Dioses que nos equivoquemos en el diagnóstico y en el análisis y que mañana debamos pedir disculpas, pero como están las cosas en este momento nos asaltan dos frases: "La única verdad es la realidad" y Dios quiera que mañana no haya que decir también aquello de que "Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen".-