Los oscuros motivos por lo que Meghan Markle fue tachada de la Familia Real Británica

Meghan Markle, quien al convertirse en la esposa del príncipe Harry tuvo que enfrentarse a grandes desafíos por su pasado que no era bien visto por la familia real, ya que ella era una excelente actriz estadounidense. A pesar de su historia de amor con el Príncipe, hubo tres razones clave que contribuyeron a que su paso por la familia real fuera todo menos un cuento de hadas.

Desde el inicio de su relación con el Príncipe Harry, la Reina Isabel se vio en la difícil posición de aceptar a Meghan Markle como parte de la familia real. Aunque el Duque de Sussex era su nieto favorito, su elección de esposa no era de su agrado, ya que como hemos comentado su vida anterior no fue bien vista, primero por ser divorciada y segundo por su trabajo en televisión, desaprobación que generó tensiones desde el principio.

Uno de los principales motivos del rechazo hacia la ex actriz por parte de la realeza británica fue su origen y su diferencia de clase social. Como bien sabemos, los orígenes de la hoy duquesa no estaban a la altura de quien hoy es su esposo y por ese hecho fue tildada como “arribista” que se beneficiaba de la fortuna del Príncipe Harry.

La ascendencia africana de la madre de Meghan Markle también fue motivo de preocupación dentro de la realeza. Existía el temor de que sus futuros hijos pudieran tener una tez diferente, lo que generó inquietudes y prejuicios en algunos miembros de la familia real.

Por otra parte, la profesión de Meghan como actriz también generó controversia. Algunas de las escenas en las que había participado no eran consideradas apropiadas para los estándares de la realeza británica, debido a que algunas escenas eran subidas de tono. Esta discrepancia entre su carrera pasada y su papel como miembro de la realeza causó fricciones que, a pesar de que logró permanecer dentro de la familia, aún recibe desprecios de muchos familiares de su esposo.

A pesar de estas barreras iniciales, Meghan Markle y el Príncipe Harry forjaron una unión sólida y decidieron alejarse de la realeza británica para vivir una vida más tranquila y alejada de la intensa presión mediática. Su decisión de abandonar sus roles como miembros activos de la familia real sorprendió al mundo, pero también planteó preguntas sobre por qué la hoy duquesa no fue bien recibida en un principio.