La reina Margarita y todos los desplantes que sufrió por su esposo, el príncipe Enrique de Monpezat

A veces se piensa que la vida de los reyes es como un cuento de hadas, pero en ocasiones, no resulta ser la vida soñada que una mujer de la realeza desea tener. Como es el caso de la reina Margarita, quien se casó enamorada sin imaginarse lo que traía en mente el hombre que eligió, el cómo esposo.

El príncipe Enrique nació en Francia y se crio en Oriente, fue un personaje complejo y controvertido, fue diplomático antes que noble y entre sus aficiones destaca su pasión por el arte y los idiomas. Su matrimonio con la reina Margarita fue una unión de amor y pasión, pero también de múltiples diferencias culturales y sociales que constantemente provocaron tensiones.

Según información de algunas fuentes, el príncipe Enrique nunca se sintió integrado en la familia real danesa, y su mayor frustración la reflejó en una serie de escándalos que sacudieron a la monarquía danesa, dado que él siempre quiso ser rey y jamás lo logró. Las rivalidades entre Margarita de Dinamarca y su exesposo salieron a la luz en el año 1972, cuando la soberana fue proclamada reina, y Enrique le preguntó si lo convertiría en rey, pero ella no le concedió el título y esto abrió una brecha en el matrimonio.

Desde entonces, comenzó el gran martirio para la reina danesa, debido a que el príncipe la avergonzaba continuamente con sus desplantes. Su trauma empezó en el 2002, cuando la monarca enfermó y escogió a su hijo, el príncipe Federico, como sustituto en las celebraciones de Año Nuevo.

Tras la decisión de la monarca, Enrique molesto abandonó Dinamarca y se instaló en Francia, lanzando fuertes declaraciones sobre su esposa “Después de tantos años no quiero verme degradado al tercer rango. Yo soy el primer hombre y no mi hijo”. Al ver la reina la incomodidad de su esposo por su decisión, intentó contentarle, permitiéndole usar el escudo de armas de la casa real, en el año 2005 le dio el título de príncipe consorte y en 2008 creó el título de conde de Monpezat.

Pero no conforme con estos títulos, el príncipe Enrique seguía bochornando a la reina Margarita, en el año 2015, durante la celebración de los 75 años de la reina, no se presentó a la ceremonia, y aunque la soberana disculpó su ausencia diciendo que se encontraba indispuesto, fue fotografiado días más tarde de fiesta en Venecia. En el año 2002, la reina tuvo que salir corriendo del matrimonio de Máxima y Guillermo, porque su esposo había anunciado una entrevista sin su consentimiento, alegando que su vida con ella era traumática porque no era rey y que había decidido abandonarla.

Sin embargo, el papel de alborotador oficial de la corte danesa no cesó con la edad para Enrique, con 83 años, aún seguía dando dolores de cabeza a la reina Margarita. El 3 de agosto del 2017, el consorte anunció que al morir no quería ser enterrado junto a la reina, a pesar de que el sarcófago de cristal ya había sido encargado y pagado. Cuando falleció en 2018, sus restos fueron incinerados y sus cenizas se repartieron entre el mar y los jardines del palacio. Impuso su voluntad, pero su desprecio a reposar junto a su esposa provocó una caída de su popularidad en Dinamarca sin precedentes.

“No me casé con ella para que me entierren en Roskilde. Como persona, debe saber que, si un hombre y una mujer están casados, deben ser iguales. Mi esposa no me ha mostrado el respeto que una mujer corriente debería tenerle a su marido. Si quiere que me entierren con ella, que me haga rey consorte”, fue su última voluntad que dijo en una entrevista para un medio danés.