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POR ERNESTO BISCEGLIA

El General Güemes como inspirador de los gobiernos en tiempo de crisis: la nueva Guerra de Recursos

El General Güemes como inspirador de los gobiernos en tiempo de crisis: la nueva Guerra de Recursos
jueves 08 de febrero de 2024

SALTA (Por Ernesto Bisceglia para Voces Críticas) En la fecha en que se conmemora otro Aniversario del Natalicio del General Martín Miguel de Güemes, el 8 de Febrero de 1875, volver sobre sus hazañas en la Guerra por la Independencia es materia ociosa.

Los bronces han de servir para anclar el mensaje a los venideros sobre quién fue la figura, pero, sobre todo, han de convertirse en custodios de los valores y categorías que presidieron a la figura a quien representan.

El caso del General Güemes viene apropiado en la fecha para destacar en primer lugar el compromiso de un líder con su pueblo. En su tiempo, Güemes, habiendo sido nombrado gobernador por aclamación popular no utilizó el poder para acaparar fortuna -que ya la tenía- ni favorecer a próximos y amigos, sino para distribuirlo entre los ciudadanos de la época, particularmente los más necesitados.

Así es como el General Güemes se convierte en el primer ejemplo, ya en aquel incipiente país, de la práctica de una democracia participativa donde todos eran protagonistas de la lucha por la Libertad. Una Libertad comprendida como posesión distributiva hacia todos comenzando desde los más desposeídos. Esa idea de Libertad se sustentaba sin lugar a dudas en la más significativa de Patria. Para Güemes, consolidar la Patria era la premisa para ser libres, no libertarios.

Pero el caso de Güemes nos presenta todavía más ejemplos de lo que significa gobernar en medio de la crisis ¡Y vaya que el hombre estaba en un momento crítico! No existía coparticipación porque el país era centralista y los ingresos de la Aduana quedaban en el Puerto, y Güemes, además de administrar su región, debía obtener recursos para librar la guerra; precisamente, esto se llamó "Guerra de Recursos".

En ese concepto de "Guerra de Recursos", el General Güemes dejó la enseñanza que en tiempos difíciles la imaginación reemplaza a los recursos: "¿Con qué armas les haremos frente?", le preguntan a Luis Burela, y este responde: "¡Con las que les tomemos a ellos!". Hoy, la Salta de los tiempos de la Cuarta Revolución Industrial está viendo caer el ingreso de recursos y todo indica que podría ser más aguda aún la situación; subyace aquí, esa idea de pensar otra vez en una "Guerra de Recursos".

También nos enseña el bronce güemesiano que el primer amor se debe a la Patria chica, al territorio que se pisa y donde se vive. Y Güemes no trepidó en enfrentar a las tropas que enviaba Buenos Aires hasta el punto mismo del enfrentamiento armado. Pero también demostró la lucidez de estadista y el estratega llamando a la concordia con la firma del "Pacto de los Cerrillos" que no solamente evitó el derramamiento de sangre entre hermanos, sino que además permitió nada menos que la realización del Congreso de Tucumán. El propio General José de San Martín, desde Mendoza saludará con una salva de cañonazos ese armisticio.

Aprendemos del General Güemes, entonces, la importancia de consolidar y proteger a la Región como la casa primera. La Intendencia de Salta bajo gobierno del Prócer alcanzaba hasta las aguas del Pacífico con Atacama como protectorado a cargo del gobernador salteño y las estribaciones del Alto Perú. Está bien que las ulteriores cuestiones de la mala política dejaron a Salta reducida a su estado territorial actual, pero déjese constancia de ese liderazgo y vocación política regional que el General Güemes dejó como legado.

Pero nada de esto -y mucho más- de lo que hizo Güemes habría sido posible si el hombre no hubiese contado con sus famosos Capitanes; allá van los nombres de Coroneles como José María Pérez de Urdininea, Juan José Fernández Campero, José Apolinario Saravia, Jorge Widt, Pablo La Torre, Manuel Puch y Calixto Gauna. Comandantes como José Luis Burela, José Francisco "Pachi" Gorriti, Bonifacio Ruiz de Los Llanos, Juan Antonio Rojas, Manuel Ascensio Padilla, y sumaremos a Uriondo, los Zavala, Quesada, Zerda, Borja Díaz y una lista más extensa; dejando en un estelar espacio a Juana Azurduy de Padilla.

Sin estos hombres y mujeres que le asistieron, seguramente la Gesta Güemesiana no hubiera sido más que un acto de resistencia altiva ante el ejército que había vencido a Napoleón Bonaparte.

Luego, la enseñanza política que deja esa Gesta Güemesiana es la necesidad de que los lideres -gobernantes, intendentes-, se rodeen de los mejores elementos de la sociedad. Aquellos que fueron los lugartenientes de Güemes, en la asimilación de la parábola hoy serían los ministros, secretarios municipales, asesores, segunda y terceras líneas. Sin buen recurso humano en esas trincheras administrativas, toda causa política estará perdida.

Por fin, esas son la enseñanza cívicas y políticas que nos deja el bronce güemesiano cuya mejor honra no son las ofrendas florales que se marchitan y desaparecen, sino un comportamiento político a ejemplo de su ética, vigor e inteligencia. Si acaso Güemes hubiera confiado la guerra los amigos, a las queridas, a los compadres, a los amigotes, a los estancieros prebendarios y hubiera practicado la demagogia de la dádiva popular, hoy, la conmemoración de su natalicio no sería, simplemente, porque no seríamos la provincia central de la Región, cantaríamos otro Himno y otra sería nuestra Bandera.-

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