11.3ºc 
DESOLADOS
Otro golpe para la Familia Real británica: se confirma otra separación que los entristece
Los Windsor están pasando por uno de sus peores momentos.
La Familia Real británica se encuentra sumida en una nueva separación, añadiendo más capítulos a una serie de eventos tumultuosos que han marcado los últimos años. Desde el escándalo protagonizado por el Príncipe Andrés hasta la decisión del Príncipe Harry y Meghan Markle de abandonar sus roles reales, la institución ha enfrentado una serie de desafíos públicos.
En febrero de 2020, Peter Phillips, hijo de la Princesa Ana, anunció su divorcio de Autumn Kelly tras doce años de matrimonio, sumándose a la lista de separaciones dentro de los Windsor. Peter Phillips, quien ocupa el 15º puesto en la línea de sucesión al trono, sorprendió al presentar a su nueva pareja, Lindsay Wallace, durante las celebraciones del Jubileo de Platino de la Reina Isabel II en 2022.
A pesar de conocerse desde la adolescencia, la pareja decidió separarse tras tres años de relación debido a compromisos laborales y distancias geográficas. Aunque Peter no posee título real ni recibe asignaciones públicas de la monaraquia ha buscado mantener una vida discreta alejada del escrutinio mediático.
La separación entre Peter y Lindsay ha sido descrita como amistosa, con ambos tomando la difícil decisión de separarse debido a sus ocupadas agendas y la distancia entre Escocia, donde reside Lindsay, y los viajes internacionales de Peter. A pesar de formar parte de la Familia Real británica, Peter ha buscado llevar una vida lo más normal posible, evitando el foco mediático salvo en ocasiones especiales. Su última aparición en los titulares fue al comentar sobre la recuperación de su tío Carlos III, quien enfrenta un diagnóstico de cáncer y requiere tiempo para centrarse en su salud.
A pesar de los desafíos y separaciones que han marcado a la Familia Real británica en los últimos años, los miembros continúan enfrentando sus propias batallas personales mientras intentan mantener la compostura y la discreción en medio de la atención pública constante.
La monarquía británica se prepara para afrontar un futuro incierto con la esperanza de restaurar la armonía y la estabilidad en su seno familiar.
