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Por Federico Núñez Burgos

El mercado financiero y las elecciones del 11 de agosto

Incomprensible la situación de un mercado financiero que ha obtenido grandísimas ganancias en medio de una larga turbulencia económica

Federico Núñez Burgos
martes 13 de agosto de 2019

SALTA.- (Por Federico Nuñez Burgos)  Las PASO nacionales del domingo dejan varias aristas que requieren reinterpretaciones y obligan a reflexionar.
Diferentes ejes se cruzan para comprender los resultados electorales del domingo, un eje político, un eje económico, por supuesto el eje social y el rol de los partidos políticos.

“Un día angustiante” decía una señora en la city salteña… “lo terrible es que no sabes que hacer” le respondía otra y claramente referían a la situación producida por la terrible corrida del dólar en el día posterior a las elecciones.

Incomprensible la situación de un mercado financiero que ha obtenido grandísimas ganancias en medio de una larga turbulencia económica que produjo el empobrecimiento generalizado de la sociedad y dio como resultado un panorama electoral, donde el partido del presidente superado en votos por el espacio construido en torno al kirchnerismo.

Pensaba en la gallina de los huevos de oro …. que quiero decir con esto: el estado argentino se debate en torno a su administración, lo que estamos discutiendo es el resabio de una vieja historia que arranca un poco antes de los años ´40 del siglo pasado y aun no se ha cerrado. Un ciclo donde el consenso mayoritario (no por la extensión popular del apoyo, más cuanto por la potencia económica e ideológica de sus miembros) que se rompe y no puede ser reemplazado por uno nuevo que permitiera el desarrollo económico y social de los argentinos.

En los años posteriores debatimos la imposibilidad de retornar al consenso mayoritario y de reemplazarlo eficientemente por uno nuevo que se consolide igualmente dominante. Las tensiones entre la agroexportación y la industrialización, entre el libre cambio y el proteccionismo, entre el derrame y las políticas sociales, entre la democracia y el autoritarismo aún no terminan de saldarse y los argentinos vivimos en el stress de los eternos retornos y las políticas pendulares.

La corrida del dólar post PASO es una cara de la moneda y representa la tremenda incompresión del sector de la llamada “economía concentrada” de la responsabilidad histórica que ellos mismos se han construido.
Los inicios del siglo XXI dejan el control del Estado en manos de un posicionamiento político caracterizado como populista (por su criterio distribucionista, masivo y arbitrario) que, por sus propias contradicciones, debe entregar el poder a un equipo apoyado por los mercados que reducen el debate político, intencional y manifiestamente, a la administración de CEO´s que desconfían y se alejan de la política.

Esa distancia y el reforzamiento de la política en manos de administradores y referentes de los mercados suponía una mejora significativa de la economía que redundaría en la superación de las tensiones en la dimensión de la economía política y las políticas económicas, reemplazando el criterio distribucionista arbitrario por criterios más “naturales” de distribución de riqueza que reduciría las interferencias de la política en materia económica y de políticas sociales. Para lograr ello, los argentinos debíamos comprender que las dificultades actuales son pasajeras y el destino promisorio…así, la gestión Macri llegó a las elecciones de medio tiempo en 2017 y encara las elecciones generales de 2019.

A diferencia del apoyo de 2017, las elecciones del domingo pasado demostraron el fondo de la paciencia de los argentinos a un esfuerzo que parece mal distribuido y la inmediata reacción del mercado de dólares en un alza estrepitosa que resulta del temor de los inversionistas en torno al futuro de la Argentina, demuestran la incapacidad de los mercados para comprender la posición histórica que los argentinos otorgamos a la “economía concentrada” desde hace un poco más de tres años.
El problema central no es solo la escalada del precio de la divisa norteamericana al borde del 40% en solo unas horas, sino que, entiendo, el “mercado” no comprendió ni respetó las reglas del juego que ellos mismos impusieron, reclamado a los ciudadanos apoyo y esfuerzo.

El gobierno, apoyado por las reglas de mercado, sufrió en los últimos tres años la escalada alarmante del precio del dólar, adecuación de las tarifas de servicios públicos, periódicos aumentos de los precios de la energía y combustibles, enriquecimiento por la vía de la especulación financiera, a costa de un proceso inflacionario, de estancamientos de salarios y achicamientos del mercado de trabajo que afecta especialmente a los sectores populares y medios.

El resultado de esa irresponsabilidad es la diferencia de votos a favor de la lista liderada por la oposición.
La tozudez de un mercado de capitales inflexible a la baja, irresponsable a la inversión productiva, resistente a la reducción de sus ganancias es, como una cara de la moneda, actor central en el posible derrumbe del gobierno, en su resistencia a resignar utilidades frente al riesgo de romper las condiciones del juego…en otras palabras, es incomprensible la actitud del sector financiero e inversionistas en torno a la responsabilidad que les toca a fin de sostener un gobierno que ha dado pingues beneficios al sector.

Lamentablemente, a 70 años de la ruptura de aquel conceso de fines del siglo XIX, los sectores concentrados de la economía no terminan de comprender que lo último de debieran hacer es matar a la gallina de los huevos de oro.
 
Salta, 13 de octubre de 2019.-

Por el magister Federico Nuñez Burgos 

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