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¡QUE DOLOR!

¡De locos! Quería hacerse algo diferente, y decidió tatuarse el pene

El joven dio detalles de la experiencia. FOTOS

¡De locos! Quería hacerse algo diferente, y decidió tatuarse el pene
Imagen ilustrativa
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martes 26 de noviembre de 2019

MUNDO.- (Redacción Voces Críticas) Santiago Arcila quería hacerse algo diferente y no tuvo mejor idea que tatuarse nada más y nada menos que el pene. Con la decisión tomada, el joven colombiano le escribió a ocho tatuadoras, pero solo dos le respondieron que sí: una en Medellín y otra en Armenia

Finalmente eligió a Laura Arias, de Armenia, quien aceptó el reto. Pese a que Santiago sabía que quería tatuarse el miembro, no tenía muy claro cuál era el diseño. Ante esto la tatuadora le dio una mano.

El tatuaje consiste en una serpiente que se envuelve entre el pene, tiene la cola cerca al glande y la cabeza en el límite entre el pene y la pelvis, en donde hay una flor de loto. El fondo de la víbora es de varios colores, aunque predomina el morado.

Según comentaron, el proceso constó de cinco sesiones que tardaron varias horas. Durante las mismas el joven sufrió dolores intensos, pero el que más padeció fue cuando le tatuaron el glande. "El dolor en esa sesión no se compara a las otras cuatro juntas”, admitió Arcila.

Por su parte Laura contó: “Yo estaba muerta de susto, pero tenía que ser muy profesional en ese aspecto, así que pensé que era simplemente piel y listo y que tenía que experimentar tatuar en diferentes partes del cuerpo”.

El único momento en que Santiago debió tener el pene erecto fue en la primera sesión, para que Laura le pusiera la plantilla del diseño de la serpiente. No obstante en las otras, por el dolor, era imposible.

Inicialmente nadie creía que el muchacho iba a soportarlo, por lo que primero se hizo una línea sobre el miembro para saber si era capaz de aguantar. “Hubo apuestas y todo. Nadie creyó hasta que salimos ese día después de hacer la línea y todos quedaron impactados”, relató Laura.

Tras largas y dolorosas sesiones, en las que para la joven lo más desafiante era tener que estirar la piel del pene porque no había manera de que se mantuviera erecto, llegaron los cuidados que, en realidad, según cuenta Santiago fueron los mismos de un tatuaje normal, excepto que no podía tener relaciones sexuales.

 

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