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EXCLUSIVO POR LAUREANO NÚÑEZ BAZÁN

Salta: ¡meta pue!, el coronavirus se festeja en el Monumento a Güemes

En una postal que de lejos podría recordarnos a la lejana Tour Eiffel por el colorido puede divisarse en las escalinatas a los indolentes jaraneros sin barbijo o en el mejor de los casos usados a modo de improvisados “foulards” criollos, probablemente en honor a los Infernales de Güemes

Monumento Guemes
lunes 03 de agosto de 2020

SALTA (Por Laureano Núñez Bazán) Mientras en el país siguen aumentando los casos de coronavirus con muertes promedios que atacan a los mayores de 75 años y contagios en mayores de 40 años, según registran las estadísticas, en Salta parecen no haberse dado cuenta del delicado momento que estamos atravesando. Es que en esta provincia del norte la pandemia ya empezó a apretar el calcañar de los políticos, y  el virus coquetea en el Monumento a Güemes a la vista de todos.

El “Feliz domingo para todos” en el Monumento a Güemes -que no es claramente aquel que conducía años atrás Silvio Soldán- continúa a todo dar, y parece no haberse enterado de que un tal COVID-19 amenaza a la población mundial, a la economía internacional y a la mente de jóvenes, y no tanto, incautos y desprevenidos.

Ni modo van a prestar oídos a la noticia de que la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, confirmó que “las reuniones sociales quedarán prohibidas durante los próximos 15 días en todo el país, de acuerdo con un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que firmará […] el presidente Alberto Fernández, en el marco del inicio de una nueva etapa de aislamiento”, reza la nota publicada en Voces Críticas.

Tampoco cuentan las familias de estos mentecatos que mate va, mate viene vuelven a sus casas donde se encuentran los mayores, en una muestra más del egoísmo que gobierna estos tiempos, otro factor de la pandemia que tenemos que sufrir porque en todos los ámbitos reina el ¡viva la pepa!, para ser más exactos.

Por acontecimientos iguales en el mundo se propagó el virus como reguero de pólvora y, dado que para muestra basta un botón, bien podríamos citar el festejo del Día Internacional de la Mujer, en Madrid, el 8 de marzo, que hizo estallar la bombita viral.

En una postal que de lejos podría recordarnos a la lejana Tour Eiffel por el colorido puede divisarse en las escalinatas a los indolentes jaraneros sin barbijo o en el mejor de los casos usados a modo de improvisados “foulards” (bufandas) criollos, probablemente en honor a los Infernales de Güemes. Pero ¿qué es lo que están haciendo? ¿Un hisopado quizás? No, nada más lejos que eso, están embutiéndose la bombilla hasta la coronilla, compartiendo chupa va, chupa viene con el compañero o compañera -como dicen los kircheristas- de turno.

Mientras, en la esquina del frente... ¿Es un ave, es un avión? ¿Un poste, un semásforo o simplemente una bolsa fosforescente? Superman no es, ¡de eso estamos seguros! Al parecer se trataría de un efectivo policial que, cual “Peeping Tom” vernáculo, espía no a la cautivante lady Godiva en Coventry, sino a los majaderos oparrones salteños que hacen caso omiso a las disposiciones que dictan las leyes del tremendo momento sanitario que estamos viviendo.

El detalle no menor es que, apoyado en el poste de luz, el efectivo policial procedía a rascarse literalmente “la comadreja”, eso sí pensando que con la mano en el bolsillo nadie advertiría la maniobra. Dicho en idioma policial me atrevería a consignar que el escribiente relataría el episodio como una “maniobra dolosa de bajo calibre con riesgo a escape de pólvora”. ¿Se entiende, no? Ningún lugar menos propicio para tales ejercicios, y para él vaya un recordatorio del popular dicho: “Juego de manos, juego de villanos”, no sea cosa que además de la denuncia por inoperante reciba una por degenerado.

El parque San Martín es otro centro convertido en antro que obliga a los patos a tener que soportar la inmundicia que dejan los visitantes, los pochocleros y los puesteros, ahora lo único que faltaría es que la policía intime a las escasas aves y peces a usar los barbijos que los visitantes rehúsan utilizar.

Mejor guardemos el mate y la bombilla para nuestros hogares, o bien destinemos más efectivos policiales, o lo que sería mejor: establezcamos, mientras dure la pandemia, que el Monumento al héroe gaucho sea centro de hisopado. Más de uno se negará a ir de cita al lugar, desconociendo o desconfiando del procedimiento del “hisopado”… y ¡bien merecido lo tendrían por mal pensados y por mal portados! ¡Hasta que el coronavirus los separe!

 

 

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