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DOMINGO DE PASCUA

Domingo de Pascua: ¿qué se celebra?

¡El Señor ha resucitado! ¡Aleluya!

Resurrección de Cristo. Fuente: Twitter (Arte e Historia)
domingo 12 de abril de 2020

MUNDO.- (Por Carolina Mena Saravia para  Voces CríticasEl Domingo de Pascua o de Resurrección se conmemora la victoria de Jesús sobre la muerte. Hoy la Iglesia está de fiesta, es la celebración más importante del calendario litúrgico.

El triunfo de Cristo sobre la muerte abrió las puertas del cielo a los hombres. La misa del domingo de Pascua es especialmente significativa: el encendido del cirio pascual, representación de la luz de Cristo resucitado, estará iluminando las celebraciones hasta el domingo de la Ascensión de Jesús a los Cielos.

La resurrección de Cristo es un hecho histórico, probado con el hallazgo del sepulcro vacío y con las apariciones de Jesús a los apóstoles, a su madre María y a personas que habitaban en Jerusalén, incluidos los discípulos de Emaús.

Recordemos la aparición de Jesús a santo Tomás, el incrédulo, uno de los Doce, cuando no creyó en el relato de los demás apóstoles que habían visto al Señor resucitado: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”, relata el evangelista san Juan en el capítulo 20.

Transcurrieron ocho días. Estaban nuevamente los discípulos reunidos y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó aunque las puertas permanecían cerradas y les dijo: “’La paz esté con vosotros’. Luego dice a Tomás: ‘Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo sino hombre de fe’. Tomas respondió: ‘¡Señor mío y Dios mío!’.  Jesús le dijo: ‘Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!’” (Jn 20, 24-29).

¿Qué sucedió el Domingo de Resurrección?

Fue María Magdalena al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio que la piedra se encontraba apartada de la entrada. Los apóstoles Pedro y Juan la acompañaban y vieron que el cuerpo no estaba en el sepulcro, en su lugar vieron los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza estaba en otro sitio, enrollado.

Relata el apóstol san Juan en el capítulo 20, 10-18 de su evangelio: “Los discípulos regresaron entonces a su casa. María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: ‘Mujer, ¿por qué lloras?’. María respondió: ‘Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto’. Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: ‘Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?’. Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: ‘Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo’. Jesús le dijo: ‘¡María!’. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: ‘¡Raboní!’, es decir ‘¡Maestro!’. Jesús le dijo: ‘No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras”.

 

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