|DIMES Y DIRETES| Mamarracho en La Caldera: Pintan el emblemático Cristo para hacer un mapping y ganar un concurso

SALTA (Por Franco Alvarado para Voces Críticas) En un tiempo donde la inteligencia de los funcionarios debiera estar al servicio de soluciones inmediatas de orden sanitario y proveyendo a que la cuestión social no se ahonde, sin embargo, existen funcionarios como los que gobiernan en el municipio de La Caldera que deciden vandalizar un monumento icónico para ver de ganar un concurso, avasallando una obra escultórica emblemática para hacer política que ni siquiera puede calificarse de barata porque les sale muy caro a los vecinos.

En esta oportunidad, el intendente de La Caledra, Diego Sumbay, famoso ya por las denuncias constantes y los paros prolongados de sus empleados por incumplimientos reiterados y que exhibe el ser uno de los pocos a quienes su propio Concejo Deliberante le rechazara el Presupuesto, junto a la senadora, Silvina Abilés, concibieron la idea de tomar el icónico Cristo de La Caldera y pintarlo –solo de un lado, “después pintaremos atrás”- para que pudiera reflejar las luces de un “mapping” que vestirá al Cristo con el poncho salteño.

Ante la ola de críticas de propios y ajenos que levantó esta enajenada decisión de embarrar el Cristo de La Caldera, no tuvieron mejor idea que decir que esto se hizo para participar del concurso provincial “Abrazados por el Poncho” que lanzó la Secretaria de Cultura de la Provincia por el Bicentenario de la Muerte del General Martín Miguel de Güemes y que tiene premios de 120 y 60 mil pesos que deben ser destinados a proyectos culturales.

Para este fin, la Secretaría de Cultura otorgó la suma de $ 15.000 al municipio para sufragar los gastos que demande la intervención, de donde cualquier vecino puede concluir que esa suma no alcanza ni para un poco de la pintura que se ha empleado. ¿Y el resto de los fondos utilizados para desarreglar este espacio ya abandonado? ¿Lo pondrán los vecinos caldereños a través de los impuestos?

Sin embargo, los autores intelectuales se muestran muy contentos con su “obra”. En palabras de la senadora Abilés, este adefesio “Nos pone a la altura de Río de Janeiro”, en alusión al Cristo Redentor que se halla en el Cerro Corcovado que fue “pintado” con una camiseta de fútbol, mientras que el intendente Sumbay en un acto que linda entre la inocencia o la caradurez supina, declara que “Nuestro objetivo es ganar el concurso y poder hacer las mejoras que necesita el Cristo Redentor, nuestro ícono emblema.” Traducido sería “Vamos a arruinar esta obra y si ganamos la reconstruiremos”.

El Cristo de La Caldera es una obra del escultor tucumano Juan Carlos Iramain (1900-1973), quien es autor también de otro Cristo en la cima del cerro San Javier, en Yerba Buena (provincia de Tucumán), el cual también en abandono fue recientemente intervenido y pintado.

A diferencia del adefesio que han realizado en La Caldera, en Tucumán intervino un equipo interdisciplinario integrado por profesionales especializados en restauración de obras de artes, procediendo a realizar distintos procedimientos como hidrolavado del monumento, sellado de fisuras y mapeados, pintura total, arenado y limpieza del basamento de piedra, limpieza parcial y final de la obra e iluminación. Se advierte la distancia entre ese tratamiento y el estrafalario esperpento realizado en La Caldera.

Repudio en las redes

En las redes sociales los vecinos de La Caldera y Vaqueros han reaccionado con abierto desagrado responsabilizando –sic- al “intendente Sumbay, al secretario de Cultura, Gonzalo Quipildor y a la senadora Silvina Abilés por destruir el patrimonio de La Caldera”.

El Cristo de La Caldera es una obra declarada de “Interés Cultural” de la provincia de Salta por la Cámara de Diputados en el año 2000, y asimismo integra el patrimonio cultural provincial y municipal, siendo reconocida también a nivel nacional. Ninguno de estos antecedentes se tuvo en cuenta a la hora de vandalizar dicho Monumento.

Los vecinos se preguntan también en las redes sociales qué pasó con el Concejo Deliberante (que seguramente como es costumbre del intendente Sumbay no fue consultado) pero que tomando estado público la noticia todavía no se pronunció en contra y ordenó detener este atropello que avergüenza a todos los caldereños.

Antes de arruinar un monumento del calibre del Cristo de la Caldera para lograr una efímera figuración política en aras de una re-relección de la senadora Abiles y en vez de pensar ideas sustentables el intendente Sumbay para levantar un municipio asolado por las deudas y la inoperancia, deciden gastar alegremente fondos que podrían haber tenido una mejor utilidad en un momento de crisis, y si querían “poner en valor” como dicen este lugar, debieran haber mejorado las instalaciones, invertir en iluminación, en pintura, en reparación de paredes, baños y jardinería, y apostar a ganar un concurso cuyo monto de 60 o 120 mil pesos ni siquiera servirá para reparar el daño que causaron.

Por Franco Alvarado para Voces Críticas