El desgarrador relato de una de las víctimas de Pablo Rangeón: "Me levantó del cuello y me tiró a la cama, tenía mucho miedo"

SALTA (Redacción Voces Críticas) Durante la segunda jornada del juicio contra el promotor de modas, Pablo Rangeón, una de las víctimas contó el calvario que sufrió a manos del acusado. Entre lágrimas, relató la noche en la que fue abusada violentamente y perdió el ahorro de todo su trabajo y esfuerzo.

P.Y.P. es una de las seis denunciantes que tiene la causa. Frente al Tribunal declaró cómo el dueño de una escuela de modelaje, ultrajó su integridad sexual en 2018. Ella se inscribió en la academia “Sociedad Española” para hacer un curso al que “no tenía muchas intenciones”. 

Sin embargo, Pablo Rangeón le ofreció una beca y ella aceptó. Pero las clases le resultaron demasiado “incómodas”, ya que el imputado la manoseaba mientras le enseñaba la correcta postura para modelar. "Con un palo en la espalda nos ponía firmes, nos hacía sacar pecho y ponía su mano debajo de nuestros pechos, a una compañera y a mí nos tocaba y eso me hizo poner muy incómoda”, afirmó.

Por su parte, la complicada situación económica de P.Y.P. fue descubierta por Pablo Rangeón, quien le ofreció alquilarle su monoambiente a $60.000 por un año. En ese momento, la víctima consideró que era un muy buen trato y accedió. Tenía un bebé, y su trabajo limpiando casas y vendiendo ropa no le era suficiente. 

Tras un evento, Pablo Rangeón se ofreció a llevar a P.Y.P. hasta El Huaico. En un principio, la trató con amabilidad e hizo sentir cómoda. Ella le comentó que “tenía 40.000 para darle y que después le podía dar los otros 20". A lo que el acusado aceptó, pero le propuso pagarle el saldo restante de otra forma. 

"Se me acercó y me dijo que podíamos arreglar por los 20 mil, ¿y cómo? le pregunté. Me agarró la cara y me dio un pico. Me agarró de la cintura y me tiró el elástico de la calza y me preguntó qué bombachita me había puesto", manifestó la mujer.

Enseguida se escondió en el baño y al cabo de unos minutos “salí del baño porque llamo a la policía', dijo, cuando salí me agarró del cuello y me tiró atrás de la piletita. Le dije que me estaba lastimando, me estaba ahorcando. Me levantó del cuello y me tiró a la cama, tenía mucho miedo, mientras él me decía que estuviera tranquila".

La víctima agregó diciendo que "nunca dejé de llorar, mientras me apuraba le pedí que me llevara hasta la calle La Rioja, donde me bajé y me dirigí hacia una iglesia donde estaba mi hijo. Tenía puesta una remera negra que Rangeón me dio para que me cubriera, y en vez de ir a la habitación que alquilaba y debía dejar, me dirigí hacia el barrio Palmeritas, donde vive mi mamá. No tenía fuerzas, no sentía el piso estaba como mareada, tenía ganas de vomitar".

Por años calló la espantosa experiencia que había sufrido a manos del acusado. Se animó a salir a declarar una vez descubrió la denuncia que había efectuado S.Y.G. por redes sociales. “Ahí me sentí fuerte con su apoyo para que se haga justicia. Ella dio la cara por todas nosotras y gracia a ella hoy en día estoy sentada aquí”, concluyó.