Monjas secuestradas en Salta: el escándalo en el Convento San Bernardo podría destapar delitos aún mayores

Salta - (Redacción Voces Críticas) El escándalo que sacudió a Salta en las últimas semanas relacionado con las monjas retenidas en el Convento de las Carmelitas Descalzas sigue generando más dudas que certezas. En concreto, todo se destapó luego de que se supiese que no dejaban abandonar el lugar a una mujer que pasó casi toda su vida al servicio de Dios.

Por una enfermedad terminal, la monja intentó abandonar el estado de clausura para regresar con sus familiares en Mendoza. Sin embargo, las autoridades impidieron este accionar, por lo cual se terminó realizando una denuncia por privación ilegítima de la libertad e intervino una Fiscalía Penal.

Después de muchas idas y vueltas, y ante la imposibilidad de solucionar el conflicto mediante el diálogo, se dio una orden judicial para allanar el lugar. Es en este momento donde se da una de las imágenes que genera resquemores entre los investigadores: al momento del operativo, la vidente de la Virgen del Cerro, María Livia Galeano de Obeid acudió urgentemente al lugar junto a su marido, el contador Carlos Obeid.

Esta situación despierta, en primer lugar, el interrogante de por qué acudieron luego de enterarse que estaban allanando el lugar; además, corresponde preguntarse si lograron hablar con la monja que quería irse. Esta imagen, de todas maneras, llega a confirmar que existe una relación extrareligiosa entre quienes manejan la fundación Virgen del Cerro y las autoridades del Convento San Bernardo.

Por otra parte, la monja en cuestión y otra hermana que sí logró retirarse del Convento anteriormente pero que sufrió la misma situación, ratificaron sus estados de retención al fiscal Ramiro Ramos Ossorio. Por esa razón, el Ministerio Público Fiscal dispuso una serie de medidas para terminar de investigar el hecho, aunque aún no existen imputados.

De todas formas, ante la reticencia de las monjas de presentar acciones penales, posiblemente la causa se termine cayendo. Sin embargo, la presencia de María Livia generó una gran cantidad de interrogantes sobre lo que sucede dentro del Convento: es que la mujer que quiso irse y fue retenida pasó más de 30 años en el lugar, por lo que podría ser la clave para investigar varias maniobras irregulares.

En concreto, hace poco tiempo el Arzobispo de Salta fue denunciado por las monjas por ejercer violencia de género. Además, la Fiscalía de Delitos Económicos Complejos se encuentra en la investigación por una posible malversación de fondos con el dinero del Convento, situación que recae fundamentalmente sobre María Livia y su marido.

En medio de la disputa económica, para colmo, el abogado del Arzobispado, Eduardo Romani, ya solicitó la intervención del Vaticano.