Debieron ingresar por la fuerza al Convento San Bernardo, para rescatar a una monja que tenían presa

SALTA (Redacción Voces Críticas) Autoridades investigan al Convento San Bernardo, luego de haber privado de su libertad a una monja oriunda de Mendoza. La hermana había solicitado dejar el claustro por problemas de salud. La respuesta que recibió es que debía esperar una autorización desde el Vaticano.

Cuando ese permiso arribó, la monja creyó que finalmente podría irse, aunque eso jamás pasó. Le fue denegada la salida, e incluso, no se le permitió poder seguir contactando a sus familiares. Por ese motivo, su hermana ratificó una denuncia ante la Policía.

El fiscal penal 2, Ramiro Ramos Ossorio, tomó intervención en el caso y llevó adelante las medidas necesarias. Primero envió a efectivos de la policía y a un profesional de la salud, para poder entrevistar a la damnificada y constatar su realidad.

Sin embargo, no le dejaron ingresar al establecimiento. El pasado miércoles, auxiliares fiscales también intentaron acceder al claustro, explicando la situación legal y la denuncia radicada, pero no fueron permitidos. Esto obligó a las autoridades a tomar medidas drásticas, ya que se trataba de un evidente caso de privación de la libertad.

Con la ayuda de bomberos, se escaló una pared del convento y se pudo rescatar a la monja en cuestión. Cuando se le preguntó si deseaba dejar el predio, la mujer reafirmó su deseo de marcharse por cuestiones de salud, porque no aguantaba más ser “coaccionada”, ni deseaba permanecer en un “ambiente donde hay problemas con el Arzobispado".

Así lo detalló una fuente a El Tribuno. La damnificada había permanecido en el Convento San Bernardo desde 1991. Estaría denunciandolo ahora por coacción, reducción a la servidumbre y privación ilegítima de la libertad. 

Lo que más sorprendió a los efectivos, es que María Livia y su esposo, Carlos Obeid, podían ingresar al establecimiento “como panchos por su casa”.En medio de los operativos policiales, los creadores de la afamada y polémica imagen de la Virgen del Cerro, no tenían impedimentos en acceder al convento, mientras que la policía debió subir por los techos y trepar paredes.