Así eran las excentricidades de la reina Isabel II que exaltaban a los empleados de Buckingham

La reina Isabel II tenía un carácter bastante particular y fuerte, marcada por una vida dura. Esto se veía manifestado en diferentes caprichos que sufría tanto su familia como la gente que trabajaba en el Palacio de Buckingham.

Entre las tantas manifestaciones rimbombantes de la exmonarca inglesa, habían palabras subidas de tono o ataques de ira, aparte de extrañas forma de darle órdenes a los trabajadores de la corona real.

Sin embargo, los que peor la pasaban era los empleados de la cocina. A la hora de comer, la reina Isabel II tenía un temperamento más que especial y exigía hasta el más mínimo detalle. Cuidaba su salud y la de todos sus parientes de forma atenta.

Así, tenía grandes peleas con el personal de la cocina. Apenas se confundían o se equivocaban en el menú recibían una sanción. Pero había un hecho que hacía que de verdad se enfureciera.

Si se agregaba más sal o aceite del que se debía la antecesora del actual rey hacía regresar los platos, o en el caso más extremo los tiraba al suelo como forma de protesta.

Su legado sigue viendo en Carlos III, quien aparte de heredar el trono y sus tantos lujos, también posee ese carácter quisquilloso de su madre.