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Una humillación real

La princesa Ana: un error garrafal en el funeral de Constantino de Grecia que la convirtió en la vergüenza de la corona

La hija menor de Isabel II no suele tener una estricta conducta y otra vez fue el centro de atención

La princesa Ana: un error garrafal en el funeral de Constantino de Grecia que la convirtió en la vergüenza de la corona

La princesa Ana, la hermana menor de Carlos III, es conocida por una conducta que no suele seguir al pie de la letra los protocolos reales. Es protagonista de traspiés y torpezas que no suelen hacer quedar bien a la corona británica.

Desde la muerte de Isabel II y el ascenso de su hijo mayor al trono, ella adquirió mayor protagonismo en sus deberes. El mismo monarca inglés dijo incluso que ella va a ser una de las personas que la van a suceder cuando él ya no esté.

El pasado lunes 16 de enero en el funeral de Constantino de Grecia, que reunió a multitud de celebridades aristócratas en un solo lugar. Carlos III no asistió al evento y tomó la decisión de que su hermana menor fuera la representante de la corona inglesa en el lugar.

Sin embargo, tal accionar no salió de la mejor forma. La princesa Ana cometió un error garrafal en el funeral del último monarca de Grecia.

La hija de Isabel II no encontraba su lugar en la mesa de la recepción y sin ningún tipo de consulta eligió una ubicación por su cuenta. Tal conducta tuvo sus percances.

La hermana menor de Carlos III se convirtió en el hazmerreír del evento, ya que aquel asiento no le correspondía. El protocolo real es estricto al respecto y ella lo quebró como tantas veces anteriores.

Es más que notorio que no es la que mejor realiza su trabajo y tal vez el rey británico debería considerar concederle menos responsabilidades.

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