El show de los Orozco en Rosario de la Frontera: pierden el pelo, pero no las mañas

SALTA (POR FRANCO ALVARADO) La decadencia política ha tenido otra muestra de que continúa fortificándose en Rosario de la Frontera gracias a los Orozco, donde el acto cívico más importante para una comunidad como es la rendición de cuentas del intendente en la apertura del año legislativo, terminó convirtiéndose en una escena propia de una pelea de vecinas de barrio donde faltaron sólo los ruleros en la cabeza y la escoba en las manos.

La trifulca habría comenzado por la presencia en el recinto -convertido literalmente en un cuadrilátero- donde se desarrolló una muestra de pugilato verbal cuando dos personas involucradas en un suceso policial de donde pesa sobre un sujeto identificado como Oscar Ramírez una prohibición de acercamiento por violencia de género y su correspondiente perimetral, estaban presentes en el recinto.

En salomónico fallo la concejal, Valeria Orozco, propuso "que las saquen a las dos", dirigiéndose al intendente Gustavo Solís que para entonces había quedado a medio leer su informe. Las ríspidas relaciones entre el intendente y algunos concejales quedó al descubierto cuando Solís dijo: "Yo soy Justicia" y la concejal le devolvió un cross al hígado replicándole de una manera poco oportuna y faltando el respeto a una autoridad. La frase, cargada con más veneno que una flecha india dejó a más de uno estupefacto por la falta de tino y ubiquidad de parte de la problemática concejal.

Mientras continuaba el impiadoso cruce de acusaciones y el vocinglerío generalizado ya había convertido al recinto en un reñidero, la concejal actuante tentó hacer valer las jurisdicciones pertinentes diciendo que "Tenemos cada uno su jurisprudencia", confundiendo espacios físicos con antecedentes judiciales, quizás un acto fallido originado en la cantidad de causas penales que acaudala su propio hermano, el diputado provincial, Gustavo Orozco.

Dentro de la variopinta gama de irregularidades que se iban sucediendo en el lugar, llamó la atención que la Orozco interrumpió la sesión para defender la posición del victimario, es decir, pretendía que se sacara del recinto a quien lo habìa denunciado y no al perimetrado. Por su condición de mujer y supuestamente ajena a los interdictos, su actitud si no extemporánea, dio lugar a comentarios en el recinto que echaron maledicentemente dudas sobre el tenor de la relación entre la defensora y el acusado. Todo incomprensible.

Para ese momento el Recinto ya se había convertido en un desmadre que hacía del "Conventillo de Don Nicola" un salón de té inglés y la comidilla ganaba espacio con mujeres que recordaban el pasado afectivo de la Orozco, una de las cuales con la mala intención pintada en la cara como pintura de guerra Sioux, la mencionaba en algún supuesto lance amoroso que habría ocurrido entre la dicha concejal y el frustrado candidato a gobernador, Jorge Nanni. Como la casualidad no existe, otro recordó que tiempo atrás cuando Gustavo Orozco, en un acto de delirio, se postulaba como gobernador y puso una gigantografía suya en el ingreso a la finca del dicho Nanni, lo cual habría enervado la furia del intendente cafayateño, Fernando Almeda, quien al decir entonces del Orozco hasta le habría prohibido el ingreso a Cafayate. En el Lejano Oeste eran más prolijos.

A esa altura de los acontecimientos el bochorno era generalizado, el orden se había perdido y si algo faltaba para que aquello terminara siendo un corral de equinos antes de una tormenta eléctrica (todos saben que el nerviosismo previo hace que se den de patadas), apareció en la escena el propio diputado Gustavo Orozco -perimetrados si los- haciendo gala de lo que mejor saber hacer: utilizar la prepotencia.

En efecto, Orozco, terminó siendo la piedra del escándalo cuando retirado por personal policial que había concurrido a solicitud de la abogada de la Direcciòn de Género Diversidad y DD HH, el perimetrado Ramírez, el ex policía (Orozco) cuyo legajo está adornado por unas cuarenta denuncias por apremios ilegales y otras perlas del mismo tenor, "a lo guapo" desconociendo tanto a la orden judicial como a la policía hizo reingresar al acusado al recinto.

No contento Orozco con desafiar a la Justicia y a la propia policía, lució sus mejores galas como individuo indolente y patotero enfrentando a los efectivos a los cuales, con ademanes amenazantes, les impidió que cumplieran con su labor y arremetiendo contra la humanidad de la Dra. Vanesa Chaud, a quien sacudió como termómetro de hospital estampándola contra la pared con el perjuicio sobre su humanidad de lesiones en sus brazos según lo demostró la revisación forense posterior.

En síntesis, lo que debió ser una jornada de júbilo democrático donde un intendente abre el periodo de sesiones, terminó convertido en una verguenza pública, que en realidad fue la radiografìa más acabada en donde los Orozcos osan intentar imponer su soberbia y desequilibrio y causar demanes a donde vayan. Los miembros del Concejo Deliberante demostraron que saben poco o nada de procedimientos y reglamentos y el diputado que representa a los rosarinos demostró que cultiva la escuela del malogrado comisario el "Malevo Ferreira".

Una duda carcome a los que vieron esa escena, llegado el caso, ¿Orozco "se copiará" del show dado por Ferreira?