Infelicidad y desprecio: los detalles inéditos de la relación de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly

El próximo 1º de junio se cumplen 100 años del nacimiento de Rainiero de Mónaco, aquel royal que enamoró a Grace Kelly, la exitosa actriz que decidió abandonar todo para comenzar una historia de amor que conquistó a todos.

Sin embargo, aquella historia de ensueño con el miembro de la familia Grimaldi, quedó en el olvido, ya que se transformó en una pesadilla recurrente. Al conmemorarse el centenario del nacimiento de Rainiero de Mónaco, rememoramos aquellos tiempos.

Recordemos que cuando Grace Kelly llegó a Mónaco, aquel 4 de abril de 1956, tenía sólo 27 años y era una de las mejores actrices del mundo de Hollywood, teniendo a sus espaldas una carrera consolidada. Estaba dispuesta a dejar todo para ser la princesa de un pequeño principado, que pocos conocían. Dejó todo aquello que había construido. El casamiento con Rainiero tuvo lugar el 15 de abril y fue televisada para ser vista por 30 millones de personas. Informa Voces Críticas.

 Nadie tiene en claro porque ella quiso abandonar todo para estar con él, es decir, no se entiende que es lo que tentó a la mamá del príncipe Alberto y de Carolina y Estefanía de Mónaco a querer hacerlo. Grace Kelly había dejado atrás una vida llena de éxitos y libertades para enfrentarse a las normas de un protocolo específico y a una lengua extranjera muy difícil de aprender a hablar. A partir de todo eso,ella tuvo que seguir un camino certero para ganarse el cariño y el respeto de los monegascos.

Lo cierto es que luego de salir de la catedral de Santa Devota, donde Grace Kelly se había convertido en princesa, su andar estuvo lleno de inconvenientes. Tuvo que soportar la ignorancia de las familias de la realeza, que la caracterizaban como 'muy americana'. A partie de ese momento, ella se empezó a sentir sola, siendo que debía lidiar con su suegra, la princesa Carlota y su cuñada, la princesa Antoinette de Mónaco, hermana de Rainiero.

Carlota es la hija ilegítima de Luis II de Mónaco, abuelo de Rainiero, y la bailarina Marie Juliette Louvet. Al enterarse que no hay herederos, Luis II reconoce a su hija y la nombra duquesa de Valentinois, en 1919. Luego, un año después, Carlota contrae matrimonio con con el conde francés Pierre de Polignac, que era homosexual. Tuvieron dos hijos: Rainiero y Marie Antoinette.

Grace tuvo una relación de cercanía y afecto con su suegro, al que Rainiero quería profundamente. Ese fue el motivo del rechazo de Carlota. La relación entre suegra y nuera era muy tensa, por lo que nunca dejó de mostrarle su desprecio. Murió en 1977, a los 79 años, y hasta el último momento la ignoró: no le dejó ninguna de sus joyas y Carolina las recibió directamente.

Grace pudo manejar el maltrato de su suegra, porque la veía pocas veces. Sin embargo, tuvo que soportar el desprecio de su cuñada Marie Antoinette. Caracterizada como una mujer resentida que tuvo que aprender a convivir con la llegada de Grace, a quien le complicó y desprestigió la vida. Marie Antoinette quiso que su hijo se convirtiera en el heredero central, para que ella sea la regente, lo que la llevó a producir conspiraciones de todo tipo. Rainiero decidió exiliarla, pero ella nunca dejó de crear rumores.

Nadie entiende porque ambos se casaron. Muchos afirman que nunca hubo amor en esa pareja. Incluso, mencionaron la posibilidad de que haya sido por un arreglo. Se conocieron el 6 de mayo de 1955 y anunciaron el compromiso el 6 de enero de 1956. El primer encuentro entre ambos, que se dió en el festival de Cannes, habría sido planificado. Por fuera de eso, hubo otro inconveniente que arruinó la vida de Grace: tuvo que pagar el costo exigido para hacer casarse con Rainiero. El padre de Grace hizo un gran escándalo al enterarse, pero pagó una parte con la herencia de Grace y la otra mitad con sus ganancias como actriz, lo que la dejó sin fortuna y bienes personales.

Rainiero era un hombre tímido, que estaba atrapado e intimidado por el deber real. Grace Kelly se entregó a sus deberes como madre y como princesa. Desde el comienzo, Rainiero sabía que ella no podría volver al cine. Lejos de su familia y de sus amistades, se enfrentó a la nostalgia de vivir en un país extranjero.