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El generoso gesto de Kate Middleton y el príncipe Guillermo tras solventar robo de banco de alimentos
Los príncipes de Gales se hicieron sentir una vez más, como lo saben hacer
Kate Middleton y el príncipe Guillermo están entre los royals más generosos y altruistas de toda la realeza británica, y lo que leeremos a continuación es una prueba de ello. La iglesia de Santo Tomás en Swansea atravesó por una situación inesperada hace poco que terminó afectando a las personas de la comunidad. Sin embargo, los príncipes de Gales hicieron lo posible para solventar el caso.
La iglesia de Santo Tomás de Swansea reparte comida y juguetes a niños, adultos a los más necesitados de la comunidad circundante. Cuenta el sacerdote Steven Bunting que en la mañana del 3 de mayo, pensaba trasladar los alimentos del depósito a la iglesia. Estos productos iban a ser entregados en el transcurso de la semana. Pero se llevó una desagradable sorpresa.
Bunting narra que no había absolutamente nada en el banco de alimentos y que la iglesia había sido asaltada. Luego recibió una llamada de Kate Middleton y el príncipe Guillermo que le infundió aliento. Estaban dispuestos a reponer toda la comida robada, informa VOCES CRÍTICAS.
Agregó que durante la semana, la iglesia ha estado recibiendo pequeñas donaciones de hasta 5 libras esterlinas (1534 pesos argentinos) para compensar el banco de alimentos. Cree que el ladrón pudo ser alguien que en realidad tenía mucha necesidad. Dijo que además la llamada de Kate Middleton y el príncipe Guillermo fue voluntaria.
También dijo que las pérdidas no fueron exorbitantes. Acotó que el robo pudo haber sido perpetrado por alguien cercano a la iglesia que conoce bien las entradas de la despensa, asi como también sus accesos laterales y de emergencia. Dijo que no podía sentirse más contento de que los príncipes de Gales se hayan encargado de las pérdidas de esta semana.
Kate Middleton y el príncipe Guillermo visitaron la iglesia Santo Tomas de Swansea en septiembre del año pasado y mantienen muy buenas relaciones con el reverendo Bunting. La iglesia no pidió su colaboración; ellos se dispusieron de corazón.
