Los insólitos cambios en el Palacio de Buckingham que Isabel II odiaría: Carlos III no le teme a nada

Después de esperar durante gran parte de su vida, Carlos III ascendió al trono británico el 8 de septiembre tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel II. Siguiendo el deseo expreso de la difunta monarca, Camila de Cornualles se convirtió en la Reina Consorte, y ambos títulos fueron oficializados durante la ceremonia de coronación.

A pesar de sus reticencias a abandonar Clarence House, Sus Majestades cuentan ahora con una nueva residencia, pero no podrán habitarla hasta 2027. Esto les da un margen de tiempo para seguir en su actual residencia, de la cual, no deseaban salir.

En octubre pasado, Carlos III consideró que el Palacio de Buckingham no era adecuado ni sostenible para su residencia, pero aparentemente ha cambiado de opinión y ha decidido convertirlo en su nuevo hogar. Sin embargo, tendrá que esperar cuatro años hasta que finalicen las obras de renovación.

La Familia Real informó que era urgente llevar a cabo una revisión completa de la infraestructura del edificio para prevenir daños a largo plazo tanto en la estructura como en su contenido. Se sabe que el palacio cuenta con 775 habitaciones y fue la residencia oficial de la Reina Isabel, habiendo sufrido daños durante la Segunda Guerra Mundial.

La última vez que se realizó una renovación completa del cableado eléctrico, la calefacción y la fontanería en el palacio fue en 1950, por lo que era imperativo llevar a cabo una nueva renovación que comenzó en 2017 y se prevé que dure 10 años. Informa Voces Críticas.

Según informes de la Casa Real, estas obras eran absolutamente necesarias, ya que cualquier fallo podría provocar incendios o inundaciones. Aprovechando esta oportunidad, se implementará una tecnología más eficiente que reducirá las emisiones de carbono del edificio en un 30%, pasando de producir 1.368 toneladas de emisiones al año a 815 toneladas.