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POR ERNESTO BISCEGLIA

Sobre el peligro para la Democracia de solicitar Facultades Extraordinarias por parte del Ejecutivo

Sobre el peligro para la Democracia de solicitar Facultades Extraordinarias por parte del Ejecutivo
viernes 02 de febrero de 2024

SALTA (Por Ernesto Bisceglia para Voces Críticas) Siempre, en cualquier nivel, ya sea municipal, provincial y tanto más nacional, la solicitud de facultades extraordinarias por parte del Poder Ejecutivo puede ser potencialmente peligrosa para la salud del Estado de Derecho.

Decimos así, porque una situación excepcional como esa plantea preocupaciones fundamentales sobre el equilibrio de Poderes, la rendición de cuentas y la protección de los derechos individuales, más allá de poner en riesgo el equilibrio institucional que consagra la Constitución Nacional.

Una concesión semejante puede llevar a una concentración excesiva de poder en manos del Poder Ejecutivo, lo cual, se suyo socava el principio fundamental de la separación de Poderes, que es esencial para evitar abusos y proteger los derechos individuales. Luego, puede implicar la suspensión temporal o la limitación de ciertos controles y equilibrios institucionales, lo cual debilitaría los mecanismos que normalmente protegen a la sociedad contra el ejercicio arbitrario del poder.

En un país donde la volatilidad de la política -y de los políticos- es una constante histórica, el otorgamiento de facultades extraordinarias a un Ejecutivo plantea además preocupaciones legítimas sobre el riesgo de abusos de poder como la toma de decisiones que vayan en contra de los principios democráticos y los derechos individuales, como ya se ha indicado "ut supra".

Si bien estas facultades extraordinarias suelen solicitarse como medidas temporales para abordar alguna crisis, se corre el riesgo de que se prolonguen más allá de su justificación inicial, lo cual, insistimos, profundizaría el debilitamientos de las Instituciones de la República, con el correlato de posibles consecuencias a largo plazo en la salud democrática de la población; más todavía en un país donde el común carece de una cultura cívica y de una educación promedio que le permita valorar "de qué se está tratando".

En la República Argentina, los superpoderes a un Ejecutivo se tornan más peligrosos todavía por la ausencia o casi desaparición de los partidos políticos. La experiencia reciente demuestra que se ha consagrado a un presidente más desde Tik Tok que desde la militancia, luego, por la misma vía se podría intentar convencer a la población de la necesidad de mantener el manejo absoluto -y hasta absolutista- del poder, ya que la gran mayoría no sabe qué vota, a quién vota ni para qué vota.

El subjetivo problema de una emergencia genuina

El otorgamiento de ciertas facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo sólo puede operar por causas genuinas que, en el momento presente, si bien de crisis socio-económica, no estarían en un nivel de justificación para tal medida. Se suma a la preocupación de que el conjunto de los legisladores nacionales no siempre opera en función de convicciones democráticas sino de intereses coyunturales.

Sin embargo, en esta ocasión de un debate tan crítico como el de la "Ley Base" ha sido posible ver un debate por tramos interesante, no obstante, flota en el aire la sensación generalizada de que el resultado final termine siendo más producto de una "toma y daca", que de proteger los derechos de los ciudadanos.

El caso típico que amerita este otorgamiento de facultades extraordinarias sería un estado de conmoción interna que no se observa como tal, sino que más bien esta pretensión pareciera estar más emparentada con un estado de conmoción cerebral de algunos grupos de poder que se frotan las manos tratando de tomar el poder absoluto en detrimento de la salud democrática de los argentinos. -

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