Las reglas más exigentes que Meghan Markle tuvo que cumplir tras casarse con el príncipe Harry

La unión entre el príncipe Harry y Meghan Markle el 19 de mayo de 2018 marcó el inicio de una nueva vida como los duques de Sussex. Sin embargo, detrás del glamour y los títulos nobiliarios, su matrimonio trajo consigo una serie de limitaciones y responsabilidades que la ex actriz tuvo que asumir al unirse a la familia real británica.

Una de las restricciones más evidentes para Meghan es la imposibilidad de firmar autógrafos. Aunque anteriormente estaba acostumbrada a interactuar con fanáticos y firmar autógrafos, ahora está prohibido, ya que su firma podría ser objeto de falsificaciones o ventas no autorizadas.

El protocolo real dicta que ni la exactriz ni ningún otro miembro de la familia real puede comer o dormir antes que la reina Isabel. La monarca debe ser la primera en todo, desde entrar a una habitación hasta iniciar una comida, y todos deben seguir su ejemplo.

Otra limitación en el estilo de vida de la duquesa es la restricción en el uso de esmaltes de uñas de colores llamativos. Ahora debe adherirse a tonos más discretos, como el favorito de la reina, como se evidencia en su propia boda, donde lució una manicura en tono nude. Informa Voces Críticas.

El código de vestimenta real también impone restricciones a Meghan, como evitar faldas cortas, cruzar las piernas o mostrarlas sin medias. Debe seguir un protocolo estricto en cuanto a su vestimenta para mantener la imagen y el decoro requeridos por la realeza.

A pesar de estas limitaciones, Meghan Markle ha demostrado su capacidad para adaptarse a las exigencias de la vida real, aprendiendo y siguiendo los protocolos con gracia y elegancia. Su matrimonio con el príncipe Harry no solo trajo amor y compromiso, sino también una serie de desafíos que la han llevado a crecer y desarrollarse como miembro de la familia real británica.