Escándalo: imputaron a los guardias por la fuga de seis presos en Tartagal

SALTA (Redacción Voces Críticas) Luego de que seis presos se fugaran de la Comisaría 45 de Tartagal, el fiscal penal 1, Gonzalo Ariel Vega, imputó a los guardias David Alejandro Velarde Calapiña, de 32 años, y a Cristian David Garzón, de 38, acusados de los delitos de favorecimiento de evasión e incumplimiento de los deberes de funcionario público, todo en concurso real.

Según se expone en la imputación, “entre las 22 horas del viernes 7 agosto, y las 7 del sábado siguiente, y entre las 19 horas de ese sábado y las 7 del domingo 9, la Jefa de Guardia de la Comisaría 45, la cual se encontraba en servicio junto a los acusados”, puso en conocimiento de Velarde Calapiña que continuamente los internos alojados en la celda interna generaban disturbios, con gritos, ruidos, música a alto volumen, y que en varias oportunidades “solicitaron agua caliente al cabo Garzón y que también pidieron que les abriera el caño de agua fría”.

Ante esto el oficial Velarde Calapiña respondió a la Jefa de Guardia que no le diera importancia a la situación, por lo que la agente ordenó a ambos imputados que controlaran y verificaran el interior de la celda, de la cual, durante la madrugada del martes 11 de agosto, se fugaron seis presos.

En su relato, la Jefa de Guardia indicó que notó que el cabo Garzón “pasó tres veces agua a los internos, por lo que le expresó que no les pasara tanta cantidad, a lo que el imputado le respondió ‘me piden, que sé yo, dejame trabajar tranquilo’, con tono irónico y mostrándose nervioso, al igual que el oficial Velarde Calapiña". Ante esto surgió en evidencia la complicidad en la fuga de los detenidos.

Por su parte, personal de Criminalística pudo verificar, el mismo día de la evasión, que "la tierra fue mojada para que fuera más fácil excavar". En sus argumentos el fiscal Vega señaló que el cabo Garzón, a cargo de los fugitivos y quien "tenía el deber de velar por la seguridad y de controlar las conductas, no tomó los recaudos necesarios y brindó elementos para que los evadidos prepararan el túnel por el que escaparon".

En cuanto al oficial de servicio Velarde Calapiña, máximo responsable de los presos al momento de la fuga, restó importancia en todo momento a las instrucciones de la Jefa de Guardia, y también "la presionó para que no declarara, por lo que facilitó la evasión de los seis detenidos e incumplió sus deberes de funcionario público, al no controlar el estado de la celda".