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EL MILAGRO EN SALTA

Cuando Satanás dividió a la Curia Católica de Salta durante el Milagro

Un allegado al arzobispo Mario Antonio Cargnello, confió a Voces Críticas hablando por debajo de la ranura de una puerta, que “Lo de Méndez es un desubique, en esta no lo siguen ni sus amigos”

Cuando Satanás dividió a la Curia Católica de Salta durante el Milagro
domingo 15 de septiembre de 2019

SALTA.- (Por Franco Alvarado para Voces Críticas) Este asunto de la grieta es tan antiguo como la humanidad misma. Apenas bastó que Dios creara al primer hombre, Adán, para que la cosa se partiera en dos por los celos y la soberbia del Ángel Lucifer que se pensaba tan divino como el Padre. Así fue que Lucifer se reveló y Dios lo expulsó del Paraíso, convirtiéndose en un “Ángel caído”… caído a la Tierra que es donde gobierna desde entonces. 

Más tarde, Adán que estaba rodeado de animales hermosos y fulgurante vegetación, si bien tenía todo, faltaba algo: “¡Y Dios creó a la mujer!” y la cosa se puso peor porque ahí terminaron todos, Adán, Eva y Lucifer, todos en la Tierra. 

Desde entonces, la humanidad viene avanzando con esfuerzo y trabajo en busca de volver al Paraíso y Satanás continúa en la obstinación de dividir, generar conflictos, promover traiciones, cosa que la grieta jamás se junte, antes bien, se profundice más. 

Hombres del siglo XXI continúan padeciendo el humor de Satanás y caen vencidos ante sus tentaciones que siempre suelen ser las mismas: el egoísmo y la soberbia. Todos quieren repetir el “Ego Sum” y tener la razón de todo, así se trate del mayor desvarío. La biblioteca se divide en dos partes siempre, de un lado, los que tienen razón, y del otro lado, los que también tienen razón. 

En esta tentación del “Yo Soy” el que tiene la Verdad y los otros son los equivocados, han caído los ungidos canónigos de la Curia de Salta, y para demostración de que es el propio Belcebú quien obra ¡en el día del Milagro!

Bastó que la oficina de la presidencia de la Nación avisara que el Primer Mandatario, Mauricio Macri, se alistaba a visitar Salta el sacrosanto día de la Procesión, para que un sacerdote de quien sus pares miden de talla mediocre –según comentan entre confesionarios, el presbítero, doctor, Raúl Méndez estallara en furia dantesca y representando a “algunos miembros del clero de Salta”, ¿qué será “algunos”?, ¿dos, cinco, veinte?, anatematizara la llegada de Macri. 

Mientras los medios de prensa cocinaban a fuego lento, onda infernal a Méndez, dentro del prebisterio salteño había un cacareo inquietante. Un allegado al arzobispo Mario Antonio Cargnello, confió a Voces Críticas hablando por debajo de la ranura de una puerta, que “Lo de Méndez es un desubique, en esta no lo siguen ni sus amigos”, afirmación que dejaba al Doctorado en la Pontificia Universidad de Roma (que algunos dicen no es tal) como un verdadero anarquista tirabombas. 

Mientras pacientemente los encargados ensartaban clavel por clavel para armar las coronas de los Santos Patronos, la grieta curial ya se parecía al Mar Rojo de Moisés, abierto de par en par. Si faltaba algo para encender más cirios de la discordia, se hizo pública una carta del propio Pastor Mayor de la cristiandad salteña –Cargnello- invitando a Macri y dicéndole “…su presencia nos honraría”, con lo que Méndez ya quedaba definitivamente pintado como un furibundo anti macrista, para algunos, lisa y llanamente un vulgar operador de Sergio “Oso” Leavy. 

A estas alturas Satanás se descostillaba de la risa en el campanario de la Catedral Basílica, fumando un Cohiba y tomando un scotch, mientras veía cómo con el pasar de las horas se perfeccionaba su obra. 

En efecto, si faltaba algún aderezo el caminante monseñor Dante Bernacky vino a sazonar esta poción de sanguijuelas y ojos de víboras diciendo que “Macri venía a que el Señor del Milagro le haga ganar algún votito”. Ahí la cosa ya se desbarrancó al averno directamente, porque nada menos que el Vicario de la Arquidiócesis, el hombre sabio de la montaña, que viene guardando sacrosanto silencio ante los graves desvaríos de sus hermanos que se tiran expedientes por la cabeza, acusaciones, números de celulares sin dueño en las propias reuniones de prebisterio, y ruegan a San Cono que la “cana” no los descubra, ¡nada menos él viene a prender semejante mecha!

El Milagro ha terminado, los pétalos de los colores millonarios han caído sobre la multitud que ajena a los manejos de Satán, porque le han hecho creer que Éste no existe, ha renovado su Pacto de Fidelidad y marchan felices a sus casas. 

Se cierra la última puerta de la Curia, se apaga la última luz. El silencio gana los amplios pasillos y las naves de la Catedral. Todo queda en penumbra. La Campana del Milagro calla hasta el año que viene. 

En esa soledad, el silencio se quiebra con la carcajada de Satanás que ha vuelto a ganar la partida.

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