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Libro recomendado de la semana: "La Mirada de Güemes"

¿Tenés ganas de leer, pero no te decidís?. Estos son los mejores libros que te recomendamos

Libro recomendado de la semana: "La Mirada de Güemes"
Por Redacción Voces Críticas
sábado 05 de enero de 2019

SALTA.- ¿Tenés ganas de leer pero no te decidís?. Estos son los mejores libros que te recomendamos y no podés dejar de leer durante el próximo año 2019.

Si te gusta la historia política, no te lo pierdas.

Libro: "La Mirada de Güemes - Una historia política". Declarado de Interés Cultural y Municipal por Res. 289/15 del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta

Autor: Abel Cornejo

Editorial: Editado por el Ministerio de Turismo y Cultura de la Provincia de Salta (2015). Segunda Edición (2017)

Sinópsis:

“La Mirada de Güemes” pondera las características de Güemes, quien que fue el primer gobernador electo por el pueblo argentino, desafiando a todos los poderes constituidos. Asimismo, plantea que en el transcurso de sus seis años de gestión fue como el “vórtice de un huracán”.

Comentario del Dr. Ricardo Mena Martínez-Castro:

LA MIRADA DE GÜEMES 

                                                                        UNA HISTORIA POLÍTICA

                                                                               Autor: Abel Cornejo

 

El doctor Abel Cornejo, ha nacido en esta ciudad de Salta, el 15 de junio del año 1963. Se ha recibido en la Universidad de Buenos Aires, habiendo alcanzado el doctorado en Ciencias Penales. Dentro de su carrera, ha pasado por diversos estamentos, habiéndolos desempeñado con honor. En la actualidad es juez de la Corte de Justicia de la provincia y autor de cinco libros de Derecho. Dentro de su quehacer cotidiano alterna su profesión con colaboraciones en revistas especializadas acerca de política, historia y cultura. El libro que en esta oportunidad comentamos es el primero dentro de la temática histórica.  

El autor es un hombre joven, y por lo tanto le espera un futuro promisorio en las realizaciones que transita. Este libro escrito con erudición, donde la pasión está implícita en cada una de las palabras insertas en la obra, refleja la historia de la República palpitando en hechos y palabras del general Martín Miguel de Güemes, desde aquellos días iniciales hasta los brumosos del año 1821, donde el general y mártir de la patria, muere en confusa maniobra que buscaba su extinción.

El autor plasma de manera brillante la urgencia de las horas que se vivían en aquel entonces, donde la tregua no pasaba de ser una metáfora, donde la controversia a veces inocente de los Cabildos Abiertos, daba paso al discurso callejero, a la arenga vibrante y a las proclamas de guerra. Con Güemes, Cornejo manifiesta que la República caminaba inapelablemente su camino, dejando atrás la infancia para adentrarse en las aguas procelosas de la guerra de la independencia.  

Este libro guarda una admirable correlación y exactitud de los hechos de la historia, revelando un insondable conocimiento, expresado en esforzadas horas de investigación. La obra que comentamos es parte de la historia de nuestro país, un pedazo bravío de la misma, desde la semilla primigenia hasta devenir con el tiempo en el árbol vigoroso que se alza a los vientos cruzados de numerosas tempestades. 

En su parte primera nombrada por el autor "A modo de introducción”  parafrasea al gobernador Joaquín Castellanos en un discurso pronunciado el 17 de junio de 1921, al cumplirse 100 años de la muerte del prócer, donde decía: "Era en su tiempo el más salteño de los argentinos y el más argentino de los salteños”. 

Expresa también en justicia que "durante mucho tiempo la figura de Martín Miguel de Güemes fue silenciada, hasta casi olvidada de la historia. La Mirada de Güemes, es un intento centrado en volver a la época de Martín Miguel, y sus circunstancias, escrita por alguien que no es historiador, pero que pretende salir de la asepsia o del sincretismo histórico”. Aquí me permito disentir con el autor ya que la meticulosidad investigativa de Cornejo, lo convierte en un substancial historiador, pues  por definición esta palabra de acuerdo a la Academia de la Lengua, es alguien especializado en la misma. Por peso propio se ha convertido en especialista, pues es impresionante la cantidad de referencias históricas consignadas en su trabajo.   

Este libro se ha convertido para los historiadores en libro de consulta obligada. Su paseo por los sucesos nacionales, pasa por diferentes capítulos, entre ellos: La génesis del líder gaucho, Salta 1810, Santiago de Cotagaita y Suipacha, El destierro, El amanecer de un caudillo, El ascenso al poder, Carmen Puch, Los avatares de 1815, San José de los Cerrillos y el año de la independencia, La invasión de los sarracenos, El numen de la patrien en defensa del territorio, Noticias del año 20, La guerra del Tucumán y para terminar, con el latinismo Qui potest capere capiat. De este capítulo extraemos lo siguiente:

"Era el atardecer del 6 de junio de 1821. Como suele suceder en las noches diáfanas de invierno en Salta, las estrellas son como ojos, que brillan infinitamente, y la luna alumbra como plata luminosa, y deja ver nítidos los contornos de los cerros. Desde el balcón de la casa de Moldes, que mira hacia el norte, la vista se perdía a lo lejos. Dice la tradición que desde allí pudo verse el reflejo de los fusiles que a la luz de la luna descendían desde la cumbre del Nevado de Castilla hacia Los Yacones. Güemes, que trabajaba febrilmente en la reorganización de sus tropas y en la administración de su gobierno, estaba en su cuartel El Tuscal de Velarde. Hacía poco había adquirido su única propiedad, a la que había denominado El Carmen, en honor a su mujer. La chacra de Güemes estaba cerca de su cuartel general y a la vez próxima a la ciudad”

"Para todos Macacha era la lugarteniente de Güemes. Era una mujer inteligente de una reconocida agudeza mental, perspicaz y sumamente hábil para manejarse en las intrigas políticas. Hablar con ella era lo mismo que hacerlo con el caudillo”.

"Precisamente por lo eficaz que era el sistema de vigilancia, el caudillo jamás se imaginó que la versión que le acababa de contar su hermana, pudiese ser cierta. (…) "Se jactaba de saber el movimiento de hasta el último yuyo del Valle de Lerma. (…) Desde hacía un tiempo los traidores se habían escondido en los matorrales y ya nada era como parecía, se respiraba traición en todos los rincones y la conjura era más vasta de lo que el caudillo dimensionaba. Macacha le imploró que esa noche no se quedara en la ciudad, incluso si la versión fuera falsa. (…) El reloj estaba por marcar la medianoche. Sólo Mariano Benítez estaba al tanto del cambio de domicilio de Güemes, y sabía además que entraba y salía de la ciudad.

Güemes moría en la noche aciaga del 17 de junio de 1821, comentando  Abel Cornejo que: "Tenía 36 años y era gobernador legítimo de la provincia de Salta. Poco antes de expirar, estando plenamente lúcido, se le había venido a la mente la imagen de su mujer, alcanzando a decir: 'Mi Carmen me seguirá pronto, porque de mi vida ha vivido'”. "De acuerdo a un estudio del doctor Rafael Zambrano concluye que Güemes no fue hemofílico ni diabético. Murió a consecuencia de una herida gangrenosa".  

En la última parte de su trabajo bajo el nombre de Qui potest capere capiat,  que quiere decir: "Quién quiera oír que oiga”, se esbozan los perfiles de algunos personajes protagonistas,, entre ellos, José María Valdéz, Joseph James Thomas Redhead, Juan Antonio Castellanos Saravia y Tomás de Archondo. 

Para finalizar diremos que Abel Cornejo, pone en este libro toda su garra y juventud para traer nuevamente a la arena de la historia, con precisas investigaciones, a un héroe aún no plenamente reconocido en los ámbitos nacionales. ¡Tremenda injusticia! 

Es sabido que en nuestra Argentina, perviven acaso las viejas antinomias del pasado, de heridas aún sin cicatrizar, dando como resultado la inarmonía de dos realidades diferentes de país: Buenos Aires y el interior. Pero esto no debe abatirnos, pues a pesar de todos los errores, extravíos y apasionamientos, la República siempre ha repechado la cuesta. Sin Güemes no tendríamos país, y así lo expresa Cornejo en su admirable obra. 

Desde la eminencia de estos días, este libro ilumina el pasado, contemplando bajo el sol de otros días, al guerrero a quien todas las victorias saludaban por las mañanas como si fuera un viejo compañero. Su alma joven de guerrero y de caudillo, se templó saboreando en las montañas el rudimento de las audacias brotadas de sus cumbres. 

Abel Cornejo, con este libro ingresa por la puerta grande al parnaso de la historia, celebrando su bautismo con brisas de patria. 

 

 

 

 

 

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