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POR CAROLINA MENA SARAVIA PARA VOCES CRÍTICAS

¡Celebremos el Día de la Virgen del Carmen!: antigua y popular devoción mariana

Hoy, 16 de julio, se celebra el Día de la Virgen del Carmen, devoción que data de 1251 cuando se le apareció a san Simón Stock en el convento de Cambridge

¡Celebremos el Día de la Virgen del Carmen!: antigua y popular devoción mariana
Por Redacción Voces Críticas
martes 16 de julio de 2019

SALTA.- (Por María Carolina Mena Saravia para Voces Críticas) La cara y antigua devoción a Santa María del Carmelo o Nuestra Señora del Carmen, como también se la suele llamar, tiene su origen en Inglaterra. Transcurría el domingo 16 de julio de 1251, cuando san Simón Stock, superior general de los padres carmelitas del convento de Cambridge, rezando por su orden, vio la imagen de la Virgen María.

Se encontraba vestida con el hábito carmelita, portaba al Niño Jesús en sus brazos y de su mano colgaba un escapulario. Se acerca a él y se lo entrega: “Recibe hijo mío este escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante seña de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una seña de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno” (novena de Nuestra Señora del Carmen, Santiago, Carmelitas descalzos, 1942), le dijo la Virgen María al atónito Simón.

Las primigenias señales se remontan al profeta Elías cuando el país sufría una gran sequía. En el Primer Libro de los Reyes se habla de él, de las oraciones que elevaba el pueblo y de los sacrificios en el Monte Carmelo, al oeste del lago Galileo. Elías prometió a Dios que el rey Ajaab, junto a su pueblo, abandonaría al dios Baal al cual adoraban, ofrecimiento realizado para que la sequía y la hambruna dieran fin.

Elías subió varias veces al monte, cuando durante la séptima visita recibió una potente señal, “subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano” (1 Rey 18,44). Esto dio comienzo a la instalación de ermitaños que dedicaban su vida a rezar, convirtiéndose en un lugar sagrado, quienes con el tiempo fueron llamados carmelitas. Ellos mismos fueron los que invocaron a María como “Santísima Virgen del Monte Carmelo”.

Los papas Honorio III e Inocencio IV concretaron el pedido de organización que realizara el delegado papal en Tierra Santa en el siglo XII, el patriarca latino de Jerusalén, naciendo así la orden religiosa de los Padres Carmelitas, extendiéndose por el mundo con sus dos ramas, femenina y masculina.

En el siglo XVI, santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, fue la reformadora del Carmelo, convirtiéndose en la impulsora de la regla original que incluía dos firmes propósitos: oración y clausura.

 

 

Las promesas de la Virgen del Carmen

Primera promesa

La Virgen del Carmen prometió librar del infierno a quienes mueran portando el escapulario carmelita, diciendo estas palabras: "El que muriere con el Escapulario no padecerá el fuego del infierno".

Segunda promesa

Mientras rezaba el papa Juan XXII, se apareció la Virgen María revestida en su hábito carmelitano de color marrón y le prometió sacar del purgatorio el sábado siguiente a la muerte a quienes, en el momento del paso, estuvieran con el escapulario. Lo hizo con estas palabras: "Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubieses vestido mi escapulario".

Por Carolina Mena Saravia para Voces Críticas

 

 

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