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Caso Zanchetta: Salen a la luz nuevos casos de abuso pero esta vez contra uno de los subordinados del Obispo

Bajo el alias de Kevin Montes, un ex seminarista del Obispo Zanchetta detalló el proceso de manipulación y hostigamiento sufrido. "El Obispo actual me soltó la mano sabiendo todo esto, nunca me ayudó"

Caso Zanchetta. Fuente: Twitter

SALTA (Redacción Voces Críticas) Tras el fallo judicial en el caso Zanchetta, que dejó muy disconformes a las víctimas, siguen saliendo a la luz casos de abuso eclesiástico. Esta vez, contra uno de los subordinados del Obispo, el Cura Fernando Páez, quien también ha sido denunciado judicialmente y quien tendrá que enfrentar un juicio en aproximadamente dos meses. Voces Críticas pudo dialogar extensamente con el denunciante, quien se presenta bajo el alias Kevin Montes, resguardando su verdadera identidad por miedo a represalias.

En este marco, la víctima comentó: “Yo denuncié al Padre Fernando Páez, lo denuncié en agosto del 2019, él era cercano a Zanchetta, yo entré en el seminario en el 2015, era seminarista, y después tuve un problema con Zanchetta en agosto y me sacó del seminario. Cuando me citaron contra Zanchetta lo declaré, él me perseguía porque yo no acepté que me apoyara los genitales y me abrazara por detrás, me empezó a decir que yo era un huérfano emocional, que no había recibido afectos de mis padres y por eso me costaba recibir este tipo de afectos, y ahí empezó como una grieta, Zanchetta tenía a su grupo de elegidos y a mí me perseguía, me presionaba y me saca en agosto del 2015. Es más, todos sabían en la Diócesis cómo era Zanchetta, se rumoreaba que Zanchetta era homosexual, pero nadie se animaba a decirlo, hubo mucho hermetismo al respecto, me acuerdo que Páez me decía que Zanchetta era un trolo, Páez siempre se refirió así a los otros curas, se mostraba homofóbico, burlándose de otros. Hoy me doy cuenta que esto lo hacía para ocultar lo que él hacía”.

En referencia a cómo llegó a tener relación con Páez, Kevin Montes sostuvo: “El 1ero de marzo de 2015 Páez es enviado a la Parroquia de la Santa Cruz de Tartagal, que fue mi parroquia de origen, yo había ingresado en ese seminario el 28 de febrero. En mi etapa de seminarista, Zanchetta me cuestionaba mucho por qué yo no me relacionada con el cura Páez, me decía que debía tener mayores vínculos con Páez porque yo era seminarista y él mi párroco. Ahí empecé a tener más relación con Páez, él tiene una personalidad muy atrayente, no se viste como cura, tiene un vocabulario muy juvenil, armaba grupos juveniles en la Parroquia, grupos para varones nada más, campamentos para varones, retiros espirituales para varones, empezó a sacar a las chicas que había en los grupos juveniles, también sacó a mujeres grandes que había en la Parroquia y empezó a meter hombres para otras actividades".

Kevin Montes sostuvo:"Al principio me llamó un poco la atención pero no le di mayor entidad, nunca pensé que iba a pasar todo lo que pasó, yo tenía 18 años y solo quería ser cura. En esta relación que comencé a tener con Páez, él logró que yo tuviera una dependencia emocional con él, porque después que Zanchetta me sacó del seminario, Páez me hizo volver y siempre me lo recordaba, que por él yo había vuelto, él me hacía sentir que mi vocación sacerdotal dependía de él, que si yo no hacía lo que él decía o lo que él planteaba o las reglas que él imponía, yo no iba a poder ser cura ni volver a la casa de formación, me revisaba el teléfono, me controlaba horarios, cuántas veces me conectaba al Whatsapp, las cosas que compartía en Facebook, no podía juntarme a comer un asado con amigos, me humillaba públicamente".

"Para mí hizo un proceso de tres etapas, primero usó la seducción mostrándose piola, que sabe y es inteligente, después me enalteció, me puso a tomar decisiones en la Parroquia cuando en una Parroquia las decisiones solo las toma el Cura, y finalmente se aprovechó de mí”.

Kevin Montes agregó: “En el 2017 Zanchetta implementa un nuevo método de formación sacerdotal, él rompe las reglas habituales del seminario, las que tienen que estar siempre, hay un Rector, un Formador, y Guías Espirituales, eso es para todos los seminaristas, y Zanchetta lo que hizo fue sacarme de la estructura del seminario y hacer que mi formador y mi guía espiritual sea el Padre Fernando y me mandó a vivir con el Padre Fernando de viernes a domingo en su casa parroquial, eso duró unos cuatro meses".

"De lunes a viernes al mediodía yo vivía en mi casa y estudiaba en el Instituto Mubersa de Tartagal, la carrera educacional que hacía en el seminario la hacía en Tartagal y a su vez él era mi profesor en esa carrera también. Fue pasando el tiempo y Páez comenzó a tener algunas actitudes inapropiadas, por ejemplo te abrazaba de manera tan cercana que sentías su cuerpo desde la punta de los pies hasta la punta de los pelos, otra cosa que hacía era dar un beso entre la oreja y el cuello cuando tenía que saludar, empezó a decirme “te amo”, “sos mi vida”, y no lo hizo solo conmigo sino que también lo hizo con muchos otros, con algunos menores de edad". 

"El tipo me manipulaba emocional y mentalmente, a tal punto que en un momento conozco a una chica que me hizo dudar de mi vocación, no sabía si seguir en el seminario o intentar algo con la chica, y cuando le fui a contar a Páez, porque él era mi guía espiritual, la pregunta que me hizo fue si yo me sentía seguro para estar con ella en la intimidad, es decir, si la iba a satisfacer sexualmente. Pero más allá de todo esto, hubo un hecho puntual que es el que denuncié, porque me sentí invadido, con esto me di cuenta que no quería seguir ahí, y él se dio cuenta que yo me di cuenta que eso estaba mal, y ahí empezó a ningunearme, a tratarme mal, a hablar mal de mí en la Parroquia, y ya para ese entonces él se había convertido en un cura con dones, se vendía como un cura sanador, un cura místico, que en la misa podía sentir los problemas que tenían las personas. Y lo que él decía, valía y pesaba mucho. Ahí yo hice un clic, hice un esfuerzo para seguir estando ahí y evitar que los chicos que seguían yendo a su casa a dormir con él, no tuvieran contacto con él”.

Por otro lado, Kevin Montes hizo hincapié en la falta de apoyo que tuvo por parte del Obispo actual y de la institución eclesiástica en general: “Lo que me pasó con Páez no me hizo dudar de mi orientación sexual, sí por mucho tiempo no podía tener sexo, pensaba en el sexo y me daba asco, me anulaba. Ahora ya lo sané y lo procesé, gracias a la terapia que hice y que quiero aclarar que la pagué yo porque a mí el Obispo actual me soltó la mano sabiendo todo esto, nunca me ayudó. Yo en ese momento no tenía un buen trabajo y casi un 40 por ciento de lo que ganaba se iba a la terapia”.

Finalmente, Kevin Montes se mostró con temor a posibles represalias tanto judiciales como de la Iglesia: “Tartagal es una ciudad con mente pueblerina, si lo denunciaba iban a saber que fui yo y pasó, porque lo denuncié de manera anónima pero así y todos supieron que fui yo. Ahora me enteré que el juicio, que posiblemente comience en dos meses, se va a llevar a cabo en Tartagal con fiscales de Tartagal, y eso me genera mucha inseguridad porque él tiene muchas influencias en Tartagal con gente de poder, se suponía que el juicio se iba a hacer en la capital, y tengo miedo que si se acá en Tartagal no se llegue a la verdad y no se haga justicia. La verdad es que tengo miedo y no me siento seguro con las personas que tomaron el caso”, concluyó.

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