Reina Isabel II: los oscuros secretos que ocultaba a la prensa, para no ser duramente criticada

La difunta reina Isabel II continúa más presente que nunca. Su largo reinado la posicionó como una de las monarcas más icónicas. Recientemente se conoció un detalle muy particular de Lilibet, respecto a su rutina diaria. Una ex trabajadora de la reina reveló lo que nadie sabe sobre la difunta monarca británica. 

Lilibet siempre se destacó por llevar una imagen impecable, por sus buenas formas y su obediencia en cuento al protocolo real. Angella Kelly la conoció muy de cerca, debido a que fue empleada de la difunta monarca por muchos años. En su nuevo libro, Angela confiesa cómo fue la vida de Lilibet, las presiones a las que debía someterse y algunos detalles sobre su día a día. 



Según Angela, para la reina Isabel II era sumamente importante cuidar su imagen. Sabía que los medios no la perdonarían si se dejaba ver desalineada, por eso cedía ante las presiones y cuidaba mucho su aspecto físico. Según Angela, ella se ocupaba de cuidar la piel de su rostro, aplicaba rubor y también su lapiz labial preferido. Además, la ex empleada de Lilibet, dejó en claro que la propia reina se ocupaba de su make up. 

La reina consideraba que nadie mejor que ella podía llevar adelante su rutina de prepración de piel y belleza, porque de esa forma había pocas probabilidades de quedar expuesta. kelly también reveló algunos detalles como el truco con ginebra que utilizaba Lilibet para mantener un estado impecable en sus joyas. Informa Voces Críticas



Sin embargo, Angela Kelly reveló que la reina Isabel II dejaba su maquillaje en manos de un profesional solo en una ocasión. Marilyn Widdess era la encargada de maquillar a la monarca británica una vez al año, cuando Lilibet hacía sus discursos televisados para Navidad. Pero eso era todo, el resto del ño ella misma se encargaba de todos los detalles. 

A su vez, Angela dejó en claro que a la reina Isabel II le gustaba mucho hacerse cargo de ese tipo de tareas: era un hábito que ella tenía, al margen de ser la mejor opción para evitar las críticas. Para Lilibet no representaba una molestia tener que maquillarse en cada ocasión, realmente lo disfrutaba y confiaba en que podía hacerlo igual que una profesional.