Carlos Zapata: un amarillo que no se pone colorado

SALTA (Por Franco Alvarado) El electorado está ya acostumbrado a que en materia de política ocurra cualquier cosa, pero hasta ahora no se había visto que como en el fútbol hubiera abierto un libro de pases y que cambiar de camiseta tuviera precio, al menos el precio del prestigio.

El "pase" más inesperado ha sido sin duda el protagonizado por Carlos Zapata, circunspecto contador de costillas del gobierno provincial y manifiesto antikirchnerista que hasta un par de meses atrás venía jugando en un equipo ya descendido en Salta como es Juntos por el Cambio. Lo que nadie esperaba es que Zapata protagonizara el cambio de camiseta más escandaloso.

Es cierto que el espacio Juntos por el Cambio ha mutado a convertirse en uno solo por el cargo donde Miguel Nanni lucha por conservar sus privilegios parlamentarios disfrazando su pretensión con una candidatura a gobernador en la que salvo sus familiares más cercanos no cree absolutamente nadie. Ahora, ¿por qué Nanni se queda jugando al radical comprometido? Por dos razones:

La primera es que Carlos Zapata fracasó en su intento de armar el gran frente opositor a Gustavo Sáenz, donde la columna vertebral serían los radicales y el PRO. Y ese fracaso se debe a que los radicales en Salta tienen menos militantes que ideas Nanni en la cabeza y en encima están peleados entre todos. La segunda razón es que el PRO en Salta está intervenido y dividido. Unos quieren seguir en Juntos por el Cambio y los otros quieren un cargo, no importa donde sea.

Así, cuando todos pensaban que el ambiente político estaba más o menos decidido aparece el clan Biella proponiendo una alianza impensable con una figura como Emiliano Estrada que le daba carta de identidad electoral nada menos que a la "La Cámpora". En un momento en el que kirchnerismo ya se extingue en el país, en Salta le dan la oportunidad de competir nada menos que por la gobernación.

El confeso camporista, Estrada, abrió el libro de pases y de manera insólita el primer delantero que compra es nada menos que el amarillo Carlos Zapata para sorpresa e incredulidad de propios y ajenos. Más barato y a precio de saldo y retazo, compraron a Martín Grande, aquel que había prometido ser el Congreso nacional "El cadete de los salteños", pero se quedó con las propinas y jamás entregó los mandados.

El pase de Zapata al equipo de Estrada-Biella demuestra, en primer lugar, que en materia de polìticos en Salta, ya no se puede confiar en nadie. Luego, que los ideales han desaparecido porque alguien como Zapata que militó siempre en la decencia política ahora avala y como candidato a vicegobernador nada menos, a un individuo -Estrada- que representa al kirchnerismo de paladar negro que saqueó al país y tiene a su líder procesada y condenada por esa razón.

En lugar de escuchar los salteños propuestas para saber qué hará por la provincia toda esta gente amontonada en un brebaje tan extraño, sólo se observa a un Zapata que lanza videos tratando de explicar cómo él que era amarillo y patriota, ahora es Nac & Pop y apoya a los apátridas. Cómo él que antes se prometía juzgados con Felipe Biella, ahora se abrazan como "ñaños queridos". Alguien debería recordarle la frase aquella de que "no aclare que oscurece".

No deja de llamar la atención el aplomo de Carlos Zapata a la hora de presentarse con rostro de titanio frente a los salteños para explicarles que él era esto y ahora es esto otro, pero que se queden tranquilos porque sigue siendo aquello nada más que aquello es nacional y esto es provincial, pero no hay que preocuparse porque esto de aquí no invalida aquello de allá y él es esto y aquello. No soy de aquí, ni soy de allá cantaba Alberto Cortez.

Tampoco le queda claro a la gente cómo será la cuestión de la identificación del enjuague "Avancemos" en materia de símbolos partidarios. ¿Saldrá Zapata cantando la marcha peronista? o ¿el jingle de Estrada tendrá como fondo musical "Avenida de las Camelias"? ¿Los Biella levantarán los dedos haciendo la "V" corta o con las dos manos harán dos redonditos que formen la "B"?

¿Cómo hará Zapata que es un productor agropecuario para conciliar políticas para Salta con un kirchnerista cuyo gobierno odia al campo? Y los Biella, monopolizadores del mercado inmobiliario ¿Cómo harán para mantenerse en la yunta con un representante del gobierno que juega con la ley de alquileres?, por ejemplo.

Por estas horas cunde la decepción con Zapata en todos los sectores que alguna vez lo apoyaron y pensaron que era un político de palabra. Podrá el hombre explicar de mil maneras este pase, pero lo cierto es que si durante estos años Carlos Zapata tuvo el voto cautivo de un importante sector de los salteños, hoy ese voto se liberó.