La faceta dictatorial de la reina Letizia no tiene límites: así fue la orden que el rey Felipe VI debió cumplir

Es muy conocido el duro carácter de la reina Letizia. Desde que se casó con el rey Felipe VI su voluntad fue una avalancha dispuesta a arrasar con todo para obtener lo que quería. De esta forma, modificó muchas cosas de raíz dentro de la estructura real española.

Antes de su llegada el rey Juan Carlos I y la reina Sofía habían incentivado una atmósfera de amor y aprecio por las mascotas en la educación de su hijo y heredero.

Así fue que el rey Felipe VI tuvo una estrecha relación con uno de los perros de la familia, Puskin. Un vínculo que parecía ser inseparable hasta la llegada de la esposa del monarca, informa Voces críticas.

Y al parecer no es que la reina Letizia fuera fóbica a los animales, sino que no les gusta tenerla cerca. Así fue que bajo su influencia su marido tuvo que dejar de tener la constante compañía de su mascota dentro de su hogar como solía tenerla antes.

Previo a la llegada de la madre de la princesa Leonor, el heredero al trono solía dormir en la habitación junto a Puskin, algo inusual para las realezas. Luego, el acuerdo concluyó en la construcción de un pequeño hogar para el perro afuera del Palacio.

Así fue que la influencia de Letizia se deja ver hasta en las más pequeñas cosas dentro del Palacio de Zarzuela.