Decepción y tragedia: los conflictos que marcaron el distante vínculo entre Rainiero de Mónaco y sus hijos

Si bien la familia del príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly parecía ser un retrato ideal y casi perfecto de un núcleo incondicional, la realidad de dichos royals era mucho más lejana de lo que se pintaba en los periódicos y medios de aquel entonces. 

Y es que la relación entre el ex soberano monegasco con sus tres descendientes, Carolina, Alberto y Estefanía, no siempre fue muy agradable. Pese a que actualmente recuerdan a sus padres con un importante nivel de respeto, tanto el esposo de Charlene como la madre de Carlota Casiraghi han contado sobre el verdadero vínculo que compartieron con Rainiero. 

Desde muy pequeño, el príncipe Alberto fue sometido a una intensa presión por ser el perfecto heredero al trono, y por ello, el difunto monarca lo indujo a la vida política y demás compromisos por años. Asimismo, se presume que este tipo de exigencias hizo que retrasara aún más el inevitable paso a seguir con la dinastía: contraer matrimonio y producir nuevos herederos. 

Por su parte, Carolina de Mónaco reveló durante una entrevista que su infancia y la de sus hermanos fue una sumamente solitaria, debido a que comenzaron a tener un verdadero contacto con Grace y Rainiero durante los desayunos, a partir de los 14 años en adelante. 

Igualmente, para la princesa Estefanía, el trayecto tampoco fue fácil. Aunque era la favorita del príncipe Rainiero de Mónaco y la ex actriz de Hollywood, la muerte de su madre la distanció enormemente de su padre haciendo que se rebelara con sus controversias en el amor, fiestas salvajes y extravagantes cambios físicos que escandalizaron a millones en el mundo.