La reina Isabel II y su lado más desagradable: esta era su actitud en el Palacio de Buckingham

La reina Isabel II estuvo más de 70 años al frente de la familia real de Reino Unido y, durante ese largo período, siempre mantuvo una actitud amable y delicada, propia de una histórica monarca como lo era ella. Sin embargo, puertas adentro del Palacio de Buckingham, la esposa del príncipe Felipe tomaba una actitud más difícil de soportar, se molestaba por detalles insignificantes y mostraba su costado más temperamental.

Así lo reveló un reconocido jardinero de televisión, llamado Titchmarsh, quien conoció varias actitudes inesperadas de la reina Isabel II. Al parecer, la monarca británica era sumamente estricta en el cuidado de sus jardines; esa era su parte favorita del castillo y siempre estaba atenta a que recibiera los cuidados adecuados. Sin embargo, su esposo se interponía ante sus deseos y tomaba decisiones que le causaban un gran enojo a Lilibet.



Mientras que la reina Isabel II pretendía que los jardineros del palacio real fueran meticulosos y prolijos a la hora de realizar su trabajo, el príncipe Felipe se mostraba más práctico en esta tarea. En una ocasión, el monarca mandó a construir un estanque en Balmoral, la residencia de verano de la pareja real, y permitió el uso de excavadoras para concluir el trabajo, algo con lo que Lilibet no estuvo de acuerdo. Informa Voces Críticas

Según la perspectiva de la difunta monarca, el uso de excavadoras iba a generar demasiados destrozos en su delicado jardín e iba a perjudicar el trabajo de los jardineros pero, el príncipe Felipe consideraba que era la única forma de que la construcción no demorara más de la cuenta. Esto generó varias discusiones entre ambos, debido a las posturas tan opuestas que presentaban.



Aunque Titchmarsh no reveló quién salió vencedor en esta disputa, sí quedó claro que el temperamento de la reina Isabel II era lo único que ella necesitaba para lograr sus objetivos. En cuanto al vínculo que lo unió a la familia real, el reconocido jardinero expresó que comenzó gracias a su amistad con el rey Carlos III, quien también es un gran apasionado por la naturaleza, los animales y las plantas.

Pese a que Titchmarsh tuvo un trato muy limitado con la reina Isabel II, sí llegó a interactuar con el príncipe Felipe mediante cartas. Cuando el jardinero lanzó un libro dedicado a la historia de los jardines reales, el esposo de Lilibet le envió varias correcciones respecto a algunos datos que había dado en su libro. Pero, además, le confesó que había disfrutado mucho de aquella lectura.