Se reveló el exclusivo lugar de Mallorca que Juan Carlos I usaba para engañar a la reina Sofía

Además de su fama de mujeriego, Juan Carlos I es reconocido por ser un hombre muy desprolijo. Debido a su inminente llegada a España, la prensa local rememoró las épocas en las que el esposo de la reina Sofía utilizaba su estancia anual en Palma de Mallorca -el lugar predilecto de su esposa- para llevar a su innumerable cantidad de amantes.

Al parecer, a Juan Carlos I nunca le generó ningún tipo de temor que la reina Sofía lo descubriera con alguno de sus amores prohibidos. De hecho, según una reciente revelación, el emérito de España solía utilizar Palma de Mallorca como su centro de operaciones y llevar a todas sus amantes a que compartieran la temporada de verano junto a él. Informa Voces Críticas



Además de otorgarles hospedaje y seguridad, a Juan Carlos I le gustaba visitar sus lugares de comida favoritos, acompañado de su amante de turno. De hecho, en una oportunidad, el rey Felipe VI conoció a una reconocida actriz en uno de los restaurantes donde su padre le era infiel a Sofía de Grecia.

Aunque se conocen pocos detalles sobre esta situación, la prensa española reveló que Felipe VI y Gwyneth Paltrow se conocieron en Sa Cranca, un prestigioso lugar de comidas que Juan Carlos I solía mandar a cerrar cuando visitaba con alguna de sus amantes. En esa ocasión, la actriz y el monarca compartieron una mesa y degustaron un delicioso arroz.



Aunque el hijo de Juan Carlos I y la reconocida actriz no estuvieron solos -también los acompañaron su amiga en común, Rosario Nadal y el cantante de Coldplay, Chris Martin- se confirmó que la norteamericana fue cautivada por el gran atractivo de Felipe VI. Lamentablemente, Gwyneth sintió mucha presión por la institución que estaba detrás de su enamorado y decidió no iniciar ningún romance.

En el caso de Juan Carlos I, al igual que Felipe VI, le gustaba cenar con amigos en Mallorca pero, sobre todo, salir a pasear con sus amantes. Mientras la reina Sofía se quedaba en el Palacio de Marivent, el emérito aprovechaba para deslumbrar a sus enamoradas con todos los lujos y beneficios que disfrutaba por ser el máximo líder de la corona. Además del Sa Cranca, hubo otros restaurantes donde el monarca vivió sus experiencias amorosas sin ningún remordimiento.