A Dios rogando y con el mazo dando: un ladrón se hizo pasar por cura de un pueblo salteño y engañó de la peor forma a toda una comunidad

SALTA (Redacción Voces Críticas)  La ocurrencia de un ladrón dejó perplejos a todos en el pueblo de Guachipas. A Dios rogando y con el mazo dando, un hombre logró hacerse de lindo botín, y hospedaje gratis mientras repartía señales de cruces y perdón a los pecadores.

Un sacerdote falso llegó al pueblo y perpetrar su artimaña con el la gente de fe. Se hizo llamar padre Joaquín y pidió hospedaje a una fiel seguidora. Allí permaneció un tiempo, haciéndose atender y comiendo gratis, luego comenzó a pernoctar en otras cosas de buenos samaritanos que creyendo que alojaban a un curita lo atendían a cuerpo de rey. 

El ladrón, llegó haciéndose pasar por primo del padre Marcelo Súarez, actual sacerdote del pueblo y desplegó todo su encanto para embaucar a los pueblerinos. Se presentaba en las Instituciones como un hombre que estaba al servicio de Dios. Cada persona que tenía contacto con él fue engañada, algunos dándole dinero, otros comida y lugar donde dormir y hasta llegó a impartir promesas de salvación a los pecadores. 

El padre falso daba la unción a los enfermos y bendecía a las personas solo si pagaban 400 pesos. Todo llegó a su fin cuando el sacerdote del pueblo se dio cuenta. A pesar de varios encuentros que tuvo con él, muchas cosas no le cerraban. En diálogo con El Tribuno contó que el hábil embaucador tenía aspecto de un seminarista, ya que su forma de vestir y comportamientos eran muy similares. Todo en él hacía pensar que se estaba al frente de un verdadero sacerdote.

El padre Marcelo Suárez, el verdadero sacerdote de Guachipas explicó que no se hospedó en la Iglesia porque para ello debe contar con la autorización del Arzopispado y a él no le había llegado absolutamente nada. No solamente eso, sino explicó que jamás le llegó un comunicado informándole que enviarían a otro cura para que lo ayude en dicha localidad y que el procedimiento es que le avisen con tiempo, no de un día para el otro como apareció este falso sacerdote. Es allí cuando el verdadero representante de Dios comenzó a sospechar y más aún con el osado compartamiento del hombre.

Suárez detalló que el embaucador se hospedó en la casa de una fiel benefactora de lglesia, donde vivió y comió gratis, tras haberle prometido un pago a la buena mujer. Así fue ganando la confianza de la gente y haciéndose de un lindo botín: pedía dinero por sus servicios.  Esto y todo su actuar levantaron las alertas en padre del pueblo y lo colmó su sospecha fue cuando una vecina le hizo el comentario que el padre estaba deambulando por todo el pueblo pidiendo hospedaje sin que la Iglesia le brinde uno. Eso fue la gota que colmó el vaso y el verdadero curita fue a la Policía y lo denunció.

El gran embaucador hasta logró seducir a los policías de la comisaría para convencerlos que él realmente era un cura, todo esto con argumentos bíblicos que por poco convence hasta a la propia Policía, situación que fue aclarada cuando llegó el padre Suárez y lo desenmascaró. Acto seguido el gran actor pidió disculpas, las que fueron aceptadas por el buen sacerdote, quien decidió perdonarlo sin quedar detenido en la comisaría hasta tener más pruebas de lo sucedido, por lo que se fijó domicilio judicial en la casa de la benefactora que había hospedado al malechor. 

El hábil embustero, luego de haber seducido a todo un pueblo , se escapó, ahora  temen que el joven de 23 años haga lo mismo en otro pueblo.