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POR ERNESTO BISCEGLIA PARA VOCES CRÍTICAS

El 17 de junio y la razón del Estado

Mandan a morir a Güemes “en las vísperas” privilegiando fines turísticos y económicos, antes que promover el sentido histórico que tienen los Próceres para los Pueblos. 

El 17 de junio y la razón del Estado
martes 07 de enero de 2020

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TRIBUNA ABIERTA

La ejecución de un calendario de feriados para el año 2020 dispuesta por el Gobierno nacional, resuelve anticipar el día en que Salta conmemora a su Héroe Gaucho, el General Martín Miguel de Güemes para el día 15 de junio, decidiendo borrar de la memoria histórica de manera arbitraria la fecha del 17 de Junio. En términos llanos, mandan a morir a Güemes “en las vísperas” privilegiando fines turísticos y económicos, antes que promover el sentido histórico que tienen los Próceres para los Pueblos. 

En lo primero, juzgo importante delinear claramente qué significa un día feriado. Según la Real Academia Española –se puede interpretar así-, define como “feriado”, al  “día en que se celebra alguna solemnidad nacional, y en el que están cerradas las oficinas y otros establecimiento públicos”. Es decir que la naturaleza de un día feriado (entendido como día “no hábil”) es conmemorar una fiesta, sea de naturaleza secular (civil) o religiosa. Se trata pues, de recordar hechos de significación para la historia del país o la provincia que tienen honda tradición cultural.

La cuestión no transita solamente por el cambio de una fecha sino por la solemnidad de su sentido, que en el caso del 17 de Junio resume todo lo que constituye la identidad del salteño. La conmemoración de la muerte del General Güemes es en lo secular, lo que la Fiesta del Milagro representa en lo religioso; a nadie se ocurriría hacer la Procesión antes o después del día 15 de Setiembre. Si como antecedente vale, hallamos el caso del gobernador Joaquín Durand que desobedeció la orden de Perón que había prohibido las manifestaciones religiosas católicas, de no hacer la Procesión, a lo que le respondió al entonces presidente: “Antes que peronista, soy salteño. La Procesión se hace”. 

Frente a la disposición nacional, le queda al gobierno provincial, a sus legisladores tanto nacionales como provinciales, el pronunciarse sobre esta materia invocando el espíritu del Artículo  123 de la Constitución Nacional que proclama la autonomía de las provincias que pueden reglar el “alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero”, para decidir que el 17 de Junio sea inamovible, al menos en Salta. 

En el orden nacional, serán los legisladores nacionales lo que tendrán que hacer oír su voz en este sentido toda vez que el alcance de su representación importa el todo de lo que significa un Pueblo, lo cual incluye de suyo, a las tradiciones como parte de su acervo cultural. 

Diré todavía más, la propia “Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o en las convicciones” (aprobada el 25 de noviembre de 1981 por la Organización de las Naciones Unidas), otorga la libertad de decidir sobre “festividades y ceremonias de conformidad con los preceptos de una religión o convicción” (art. 6 inc. h). En este caso, se trata de una convicción de carácter histórico-cultural. 

Por la misma vía de interpretación se puede invocar también el “Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos” (aprobado el 16 de diciembre de 1966 por la Organización de las Naciones Unidas), que establece que el derecho a la libertad de pensamiento y de conciencia respecto de los sentires populares y manifestación personal o colectiva, debiéndose respetar “su práctica y enseñanza”.  
 
Según lo antes expresado, el feriado por la muerte del General Martín Miguel de Güemes resulta una fecha inamovible porque toca a la fibra más íntima de la cultura popular de Salta; hace a la cimentación de una comunidad cumpliendo un papel claramente identificador. Así, el poncho salteño es una referencia de pertenencia excluyente, por ejemplo. 

De hecho, los gobernadores  suelen obsequiar a los visitantes un poncho salteño como impronta significativa que resume todo lo que se entiende por Salta. 

Si los feriados han sido propuestos para revitalizar y mantener latentes una conciencia nacional o regional que restañen un sentimiento de misión y de unión, un sentido de pertenencia que genere ideales en torno a esa identidad, es necesario entonces de que exista una congruencia entre esa identidad y el Estado, de donde cambiar la fecha del 17 de Junio, viene a resultar un atentado a la idiosincrasia cultural del salteño. 

La simbología histórica de los héroes encarna la memoria colectiva y representa los valores de un pueblo, que en el caso del General Güemes resultan necesarios de avivar en un tiempo donde la desacralización y la ausencia de anclaje histórico han convertido a los argentinos en una masa de habitantes a la deriva. 

Será entonces el caso de que no sólo la Agrupación Tradicionalista Salta Gauchos de Güemes levante su voz de advertencia, sino todos los estamentos de la provincia de Salta, municipios y gobierno, que siempre han tenido por referencia política al Monumento a Güemes; siendo entonces ahora la oportunidad de que eso no sea sólo un logotipo sino la demostración de una convicción de profunda salteñidad. 

Ernesto Bisceglia para Voces Críticas

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