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Números muy gordos

Posible escándalo: expertos aseguran que la realeza británica no debería ser tan millonaria como lo es ahora

Hay mucha especulación en torno a la riqueza de la riqueza británica

Posible escándalo: expertos aseguran que la realeza británica no debería ser tan millonaria como lo es ahora

La realeza británica ha estado en bancarota en distintos periodos de su historia. Sin embargo, lo que vemos hoy es totalmente diferente a 1760, cuando la realeza estaba atravesando una crisis tan grande que intentó vender tierras a través de un tratado que se llamaba Lista Civil.

Según analistas y economistas, ciertamente la realeza británica genera dividendos a Gran Bretaña, pero las fortunas del rey Carlos III y cada miembro de la realeza británica, como es el caso del príncipe  Louis, son de aproximadamente 480 millones de libras esterlinas y 20 millones de libras esterlinas respectivamente.

Lo curioso es que nadie rinde memoria y cuenta de estas finanzas, y algunos comentaristas han argumentado que la realeza británica está usando el fisco a su favor para no pagar impuestos, o por lo menos, no pagarlos completos. De hecho, después de suceder a la reina Isabel II, se sabe que el rey Carlos no paga derechos de sucesión. 

Las riquezas de la actual realeza británica se pueden evidenciar en la cantidad de propriedades que posee, las cuales están en todo el país. El rey y el ducado gastan millones de libras esterlinas en viajes privados a países como Estados Unidos (como ya ocurrió una vez con el príncipe Harry en su viaje a Estados Unidos). 

Algunas de las propriedades de la realeza británica son las mansiones privadas Highgrove y Dartmoor y las islas Sorlingas. Aunque la realeza haga un enorme esfuerzo para ocultar el flujo de dinero de su caja chica, en 2001 se comprobó que la reina Isabel II manejaba 1500 millones de libras esterlinas. Ya han pasado 22 años desde entonces, y algunos defienden este hecho afirmando que todo ese dinero es adquirido 'por derecho propio'.

Cuando llegó el rey Carlos a la realeza británica tras la muerte de su madre, la reina Isabel, pasaron dos cosas: nadie pagó la transferencia de poder, lo que sugiere una pérdida de dinero para la nación y los finanzas de la realeza aumentaron sustancialmente. La monarquía mantiene una política de hermetismo de no revelar cuánto gasta y cuánto genera, pero a través de la Ley de Libertad de Información han publicado algunos documentos antiguos como una forma de contrarestar ataques. 

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