Eduardo de Edimburgo y Sophie le robaron el protagonismo al rey Carlos III: los más disciplinados

El príncipe Eduardo de Edimburgo y su esposa, Sophie, no son un matrimonio que generan titulares a diferencia de sus hermanos. Si bien, sus padres nunca han mencionado que tienen alguna preferencia por uno de sus hijos, pero en los especialistas en realeza apuntan que el menor estaría por encima del rey Carlos III.

Esto también que mencionan los especialistas se ve reflejado en la gente, ya que demuestran querer y amar a Eduardo y la princesa Sophie. Por otra parte, se destacan por ser una figura tranquila y eficiente que no busca tener toda la atención en ellos. “Él y ella son queridos por ser obedientes y disciplinados”.

Además, se lo destaca al príncipe de Edimburgo donde apoya muchas organizaciones benéficas, de esta manera está particularmente comprometido en alentar a los jóvenes a desarrollar habilidades laborales. El compromiso social es también en parte de la duquesa de Edimburgo, ya que siempre se ha mantenido junto a su cónyuge y apoyándolo en cada proyecto. Informa Voces Críticas.

Sin embargo, la relación de ambos no fue para nada fácil ya que tuvieron que pasar por la aprobación de la reina Isabel II. Uno de los problemas que impedía su romance era porque consideraban que no estaba a la altura de una familia real. Y según relataban en ese entonces, la candidata no era digna para estar con él.

Ante la insistencia del príncipe Eduardo de Edimburgo, logró conseguir mantener en su vida a Sophie. La reina Isabel II de a poco empezaba a tomarle cariño y veía lo positivo que era tener a una mujer sencilla con “enfoque sensato y discreto”. De esta manera, el amor que tenían entre ellos lo terminaron confirmando en 1999 cuando dieron el sí en el altar.