La impactante conexión de la infanta Elena con nuestro país: un secreto que revive un oscuro pasado

A pesar de que siempre quiso mantener un perfil bajo, la infanta Elena no puso escapar de su oscuro pasado. Dejando de lado lo que tuvo que soportar en su matrimonio, también fue testigo de lo que sucedió a su alrededor. 

De acuerdo a lo que señala Pilar Eyre en uno de sus notas para la revista Lecturas, la infanta Elena tuvo que solucionar problemas desde muy joven. Al lado de sus hermanos, la madre de Victoria Federica y Froilán no tiene el carácter para afrontar situaciones.

La primogénita de Juan Carlos I y la reina Sofía tuvo que padecer las disputas de sus padres, además de su matrimonio con Jaime de Marichalar, que a simple vista era perfecto, duró sólo dos años. Informa Voces Críticas.

 La infelicidad en el amor llevó a la infanta Elena a hablar del divorcio en un momento en el que este tema era casi un tabú dentro de la familia real. Además, hay que sumarle que su esposo estaba completamente negado.

La infanta Elena fue sometida junto a él a un tratamiento de recuperación, a pesar de que ella ya no quería esa vida. Luego de mucho tiempo de paciencia y dolor, la royal no soportó más y pidió el divorcio, cueste lo que cueste.

Por ese motivo, a raíz de tanta presión y otros problemas, la infanta Elena se decidió a buscar ayuda psicológica y a comenzar terapia. En ese contexto, su 'segundo padre', Sabino Fernández Campo, optó por que recibiera ayuda psicológica, por lo que la acompañaba tres veces por semana al consultorio de una profesional oriunda de nuestro país. Esa terapia todavía sigue al día de hoy, por lo que decimos que hay una gran conexión entre ambas partes.