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Quedó solo en un sueño

Nivel olímpico: el impresionante talento oculto de Charlene de Mónaco que nadie imaginaba

La princesa de Mónaco tenía el sueño de los juegos Olímpicos pero el destino le tenía preparado otro camino

Nivel olímpico: el impresionante talento oculto de Charlene de Mónaco que nadie imaginaba

La esposa del príncipe Alberto, Charlene de Mónaco, es un ejemplo de los talentos y logros ocultos que a menudo se pasan por alto en el glamuroso mundo royal. Antes de convertirse en princesa monegasca, Charlene era una destacada nadadora con aspiraciones olímpicas. Desde sus modestos comienzos en Bulawayo, Zimbabwe, demostró un innato talento para los deportes acuáticos. A la temprana edad de tres años, ya estaba inmersa en las piscinas, perfeccionando sus habilidades bajo la atenta mirada de su madre, Lynette Wittstock, una buceadora profesional e instructora de natación.

La dedicación y el sacrificio de Lynette fueron admirables. A pesar de la guerra civil y el nacimiento de sus hijos, ella dejó de lado sus propios sueños olímpicos para asegurar que Charlene tuviera la oportunidad de destacar en el mundo de la natación. Con el apoyo de su familia y su propia dedicación, Charlene comenzó a sobresalir en torneos profesionales y a representar a Sudáfrica en competencias internacionales.

Aunque abandonó sus estudios a los 17 años, los resultados no tardaron en llegar. En los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, Charlene formó parte del equipo sudafricano de relevos en la categoría 4x100 m, donde lograron la quinta posición. En 2002, durante su participación en la Copa del Mundo de Natación, Charlene se consagró como una atleta de élite al ganar varias medallas. Sin embargo, su mayor triunfo llegó en los Juegos de la Commonwealth, donde obtuvo la medalla de oro tras registrar el mejor tiempo en una de sus competencias.

Después de su destacada carrera representando a Sudáfrica a nivel internacional, la ex nadadora siguió alimentando su pasión por la natación al representar a la Universidad de Pretoria en 2005. No obstante, uno de los momentos más memorables de su trayectoria deportiva se produjo el 13 de abril de 2007, cuando revalidó su título de campeona de Sudáfrica en la prueba de 50 metros espalda durante el Telkom SA National Aquatic Championships. A pesar de enfrentarse a reconocidas competidoras internacionales como la australiana Sophie Edington y la brasileña Fabiana Molina, Charlene demostró su destreza en el agua al completar la carrera en 30.16 segundos.

Lamentablemente, una lesión en el hombro interrumpió su prometedora carrera en el mundo de la natación, obligándola a estar fuera de las competiciones durante 18 meses. Durante este tiempo de descanso, Charlene tenía en mente participar en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 con la esperanza de alcanzar el sueño de una medalla olímpica. Informa Voces Críticas.

Sin embargo, el destino tenía otros planes para ella. Durante una competencia previa a los Juegos Olímpicos, Charlene conoció al príncipe Alberto de Mónaco, y posteriormente comenzaron una relación. A raíz de su romance con el soberano monegasco, la nadadora sudafricana dejó atrás su carrera deportiva para embarcarse en una nueva y desafiante aventura como princesa consorte de Mónaco.

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